lunes, 22 de octubre de 2018

"HANDIA"


“HANDIA”
Al margen de la satisfacción de ser una película vasca en euskara, con dirección y actores vascos, que de por sí ya es motivo de orgullo, detrás hay una obra hasta ahora inédita como  es una descripción sociológica del pueblo vasco en su faceta real y sin alusión a los socorridos  aspectos folklóricos  y  autoelogiosos   proclamando supuestas virtudes que otros no nos reconocen. Porque el mundo del caserío vasco no es el que mostraron  nuestros excelentes pintores o escritores románticos y acríticos: un mundo feliz y sin conflictos más allá de unas profundas creencias tradicionales. En el  siglo XIX   sufrieron tres guerras en las que el tradicionalismo carlista  primaba como principio ideológico  a pesar de que ignoraban  la utilidad de  tener o no un rey, sólo que se iba a morir  en el   frente, pagar pechas para los gastos de  guerra y la ruina del caserío. Los liberales  vendían  la modernidad, pero a cambio de perder la identidad. La película muestra la realidad del caserío: en él se generan tensiones familiares,  una injusta distribución de la riqueza en beneficio de la unidad patrimonial que llevó al  pueblo vasco a la   emigración con el  desarraigo que ello  supuso. Tantos sacrificios  provocaron el  empobrecimiento de las familias y  el profundo estímulo del  sentido de la justicia del vasco que se inicia de una forma confusa, aunque  definiéndoe hasta convertirse en la identidad  del nacionalismo actual. Que Handia sea la historia novelada de un gigante y lo que rodea no deja de ser un atractivo para  el público, aunque muestra que los vascos  somos como  otros pueblos: tenemos envidia, abusamos  de nuestros hermanos y  miramos  a Madrid porque allí vendemos con ventaja nuestros productos sin  aranceles. Ese es  el origen de que nuestros  handikis se convirtieran en cipayos del invasor  y en  los más acérrimos enemigos de los fueros que tanto dolor ha provocado  para conservarlos. Es una película valiente y además, la  calidad de su  factura ha estimulado al público a conocer la intrahistoria que hasta ahora  ha estado reservada a eruditos. Su divulgación hará crecer la conciencia de la identidad como pueblo diferente, aunque ni mejor ni peor de los que le rodean.


1 comentario:

IRIS dijo...

seguro que es una película interesante e ilustrativa mostrando las luces y sombras de la sociedad vasca en el tiempo.
Dicho esto, nada nuevo bajo el sol en la sociedad europea y sobre todo la española, el patrimonio familiar ( quien lo tuviera)se dejaba al primogénito y los demás hijos se tenían que buscar la vida como pudieran, normalmente emigrando en caso de los varones y en el de las mujeres matrimonios concertados o los conventos monjeriles.
Por no extenderme, una cosa que admiro de los vascos (a parte de que es un pueblo trabajador), a pesar de sus sombras, son sus luces, que son la defensa de su identidad como nación y pueblo vasco, tanta pasión que cualquiera que llegue de otras comunidades de la España española ( donde la identidad con la tierra nativa es el desarraigo, excepto los catalanes) , no digo la primera generación, que también, pero desde esta a las siguientes se sienten tan vascas como un vasco de ocho apellidos vascos vascos.
Y una cosa que me deja sorprendida ( creo que pertenece a "las sombras") es que a pesar de ser una sociedad, gralmente, matriarcal..que da empoderamiento a las amas...sea tan cerrada a la participación de la mujer en otros temas como por ejem.: las sociedades gastronómicas y las tamborradas ( principalmente en Sanse)...y menos mal que hace años se están o sean incorporado.
Saludos!!!