GRECIA NO ES INGLATERRA
Según Rouseau “la fuerza no crea derecho”. Depende de la
fuerza que se posea, si es escasa, no podrá imponer normas a nadie. Pero si es
EEUU con sus FFAA o si Alemania “sugiere” algún punto de vista al BCE o a
Junckers, en esos casos es evidente que sus poderes pueden ser fuente de
derecho. Grecia en bancarrota financiera necesitó reestructurar su economía
para evitar el colapso humanitario, social y económico, pero la UE no se lo permitió porque la relevancia de los helenos en ese club de
poderosos es mínima, un 2% del PIB. En cambio, Inglaterra ha convocado un
referéndum para decidir su permanencia
en la UE. Ante la perspectiva de que una potencia tan significativa en lo
económico y con el prestigio y peso social como Gran Bretaña la abandone, las autoridades
europeas se tragan el sapo y ofrecen
toda clase de facilidades y ventajas para cambiar
su intención de salirse, pues se teme que sería un golpe difícil de encajar en
la UE, por el riesgo de que otros países le siguieran, lo que supondría un
fracaso para los planes hegemónicos de Alemania en su ambición por mantener el
liderazgo de Europa. Bruselas presenta a
los ingleses propuestas que están haciendo revisar la amenaza expresada por
Cameron. Es seguro que cambiará el SI arrogante, por el NO oportunista a la pregunta en el
referéndum. Por tanto, habría que matizar la afirmación de Rouseau expresada en El Contrato Social en el sentido de que la
fuerza no debería crear derecho, pero que de facto lo crea. Igual que EEUU incumple
alegremente las sentencias del Tribunal Internacional de Justicia porque le
avalan las fuerzas armadas más potentes del mundo y poseer el 25 % del PIB mundial, aceptando los
restantes países sumisos sus decisiones. Porque tienen la fuerza que es la base
para crear derecho. Grecia está bajo sospecha intervenida y amenazada de todas las sanciones
imaginables, sólo porque sus dirigentes pedían renegociar sus deudas y alargar los plazos
para reducir el déficit y para que la cuna de la democracia no fuera el pariente
pobre de la UE al que se permite
pertenecer al club de los selectos a condición de que soporte todas las
humillaciones sin protestar y además, les
exigen que se muestren agradecidos porque de lo contrario le expulsarán de la
democrática Europa.
“El hombre es bueno por naturaleza”, fue la convicción de Rouseau, pero
maravillosamente ingenua.
1 comentario:
Genial Javier...me gusta mucho.
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