CORRUPCION INDIVIDUAL O DE PARTIDO?
Esperanza Aguirre una vez más nos da lecciones de semántica que nunca podremos agradecerle por lo que
supone de colaboración al avance de las ciencias morales. Expresa al dimitir de
Presidenta del PP su opinión de que la
corrupción individual para enriquecerse constituye un delito grave, pero que la
que se dedica a la financiación a los
partidos es aceptada con benevolencia por la colectividad, pues cubre las limitaciones legales que
imposibilitan la financiación para un desarrollo normal de las actividades habituales
de los partidos.. Cree que la ciudadanía rechaza con vehemencia la del que se
enriquece en su beneficio exclusivo aprovechándose de su cargo público, pero tolera la corrupción de los partidos. Argumenta
en defensa de las operaciones ilegales en las que está enfangado el PP que le
ha llevado a ser imputado en múltiples
causas. Es una perversión ofensiva la indulgencia que otorga a los corruptos
que intervienen para repartir sobres a sus directivos en dinero negro, hacer obras
sin pagar IVA, financiar campañas electorales que permiten a los partidos
corruptos ganar elecciones, en perjuicio
de los que no pueden o no la aceptan por
principio. Sorprende que un criterio tan indignante pueda ser hecho público por una política que
ha vivido muchos años a costa del presupuesto. La población ya tenía sospechas
de que el sistema de reparto de fondos públicos entre estos ilustres
estafadores se asemeje a una caverna en
la que se desarrollan los akelarres de las asignaciones de fondos reservados,
pagos de servicios inconfesables o acuerdos subterráneos para salvar de la
quiebra a entidades financieras que han colaborado con los gobiernos de turno para sacarles de
apuros o agradecerles servicios o para revisarse los sueldos los altos cargos o
las subvenciones a los partidos. Pero que lo manifieste explícitamente alguien que lleva toda una vida en política manejando caudales
públicos, suena a cínico sarcasmo. La tortuosa Aguirre sabe que la ciudadanía posee
muy limitada capacidad de protesta ante sus declaraciones y que las olvidará pronto, pues no en vano se ha
cultivado desde las instituciones la desinformación del pueblo llano con otra
trivial del famoseo o dar al deporte la consideración de una religión. Como afirma
el dicho: “los fondos públicos como pertenecen a todos, no son de nadie”,. Esta
filosofía constituye el fundamento de la Transición.
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