No tenía intenciones de dar publicidad a sus intervenciones
relacionadas con Irujo y su esposa, pues Vd. no se merece siquiera
aparecer en el periódico habida cuenta de su curriculum lleno de ofensas
y humillaciones hacia todos los navarros y por extensión a todos los
vascos. Querrer equipararse Vd. a Irujo es ofensivo para todos los que
le hayan conocido a don Manuel. Le dice a Arantza Amézaga que lea su
carta sin orejeras; Vd. es quien las ha llevado siempre y ha hecho
gala de ello, tanto en su paso por la política navarra como por el
parlamento español. Que venga a dar consejos a una persona con tanta
dignidad y prestigio resulta ofensivo para ella y agradézcale que se
haya limitado a su comentario literario que le hace con todo el respeto
que Vd. no se merece. Que se atreva Vd. a defender a estos caciques
navarros que se levantaron contra la república debería avergonzarse de
ello, pero la verguenza la pierden sólo los que la han tenido. No
mencione a Garakoetxea, pues le ofende. El ex lehendakari, como es un
caballero sabe mantener las formas protocolarias y lo demuestra con la
carta que vd.hace pública, pero habrá que contar todas las jugarretas
que ha hecho Vd. a los vascos de Navarra. Ahora está Vd. cómodo y sin
problemas porque todos han sabido olvidar lo mucho que les ha
ofendido. No merece la pena ni siquiera un reproche porque debría
permanecer callado.
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