lunes, 19 de octubre de 2015

EL "TRIGO LIMPIO DEL CARDENAL CAÑIZARES



“EL TRIGO LIMPIO” DEL CARDENAL CAÑIZARES
Este cardenal, arzobispo y otros múltiples títulos que posee, ha mostrado sus dotes humanistas y su  caridad cristiana  respeto a los emigrantes que tendrán autorización para refugiarse en España por mandato de la UE. Hace la afirmación capciosa sobre la calidad de los perseguidos que huyen de zonas de guerra, extendiendo la duda de si  todos ellos son “trigo limpio”(sic). En su trompicada explicación ante los medios hace un canto al más carpetónico y trasnochado nacionalismo español,   agravada,  dada su  condición de jerarca  de la iglesia católica. Sus tan indignantes y ofensivas opiniones le  han obligado a  disculparse públicamente  ante la reacción de la población que considera  racistas y contrarias al evangelio. Con palabras medidas y procurando no comprometerse, quiere rectificar afirmando que se han sacado sus palabras de contexto, que siente un amor profundo por los emigrantes y que está plenamente identificado con el Papa Francisco. El argumento del contexto, por reiterativo y oportunista,  ya suena a castaño oscuro y las disculpas que expresa rectificando sus declaraciones iniciales, más que nada las complica y producen el  rechazo  de  la ciudadanía en general y especialmente de los  creyentes  que  se avergüenzan al escuchar la indignante sospecha  sobre la dignidad de  seres humanos que están soportando  una dolorosa y arriesgada huida en  condiciones extremas. Que un prelado se exprese con tanto desprecio y carencia de caridad hace que la comunidad creyente  se sienta ofendida porque no comulga en absoluto con sus puntos de vista; por el contrario, se sienten doloridos y que no les representa Cañizares. Un prelado  heredero del franquismo al que apoyó sin ningún pudor y está urdiendo una cruzada en contra de las medidas de apertura de la iglesia por impulso del Papa Francisco. Lo grave es que no haya nadie que frene su incontinencia verbal y que le mantengan como arzobispo de Valencia. Quizá porque los que propugnan la apertura  estén confundiendo la prudencia con el temor a la reacción de la línea dura eclesial que todavía tiene en su poder el aparato administrativo y de gestión. Aunque deberían analizar si se pueden aceptar actitudes y declaraciones radicalmente opuestas a la doctrina de Jesús. Su protagonismo está desacreditando a la iglesia  debería ser destituido.

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