martes, 14 de abril de 2015

PASION POR LAS ARMAS EN EEUU



PASION POR LAS ARMAS EN EEUU 
Resultan reiterativas las noticias procedentes del Imperio relacionadas con el celo protector de  policías blancos que dispensan a ciudadanos de color y son pobres. La última conocida es un policía blanco que descerraja ocho tiros a un negro. El policía, pretendiendo ocultar  su culpabilidad dijo que fue en legítima defensa. Una vez más el inoportuno fotógrafo aficionado   toma la secuencia y desmonta el plan urdido para que se olvide el asunto, como es habitual. En otra operación otro heroico policía blanco  se hace pasar por traficante para detener a un trapichero negro, claro. Al ver que el sospechoso escapa le persigue, pero, casualmente,  un policía jubilado, blanco, que al observar los hechos, saca su arma y acribilla al fugado. La parte cínica de la escena es que el asesino, al ver que lo ha matado, llorando y suplicando, dice  que se ha equivocado al usar la pistola de matar en lugar de la eléctrica, que hace sólo cosquillas. Estudios sociológicos demuestran que la sociedad americana, además de ser de extrema derecha, es simple, pues se deja engañar como si fueran niños. En zonas de mayoría negra los policías son abrumadoramente de raza blanca, lo que hace sospechar que es una política intencionada, no casual. Es para no creer la reacción de las autoridades cuando se produce algún episodio de policía blanco que   mata a un negro y la comunidad negra se manifiesta. Se inician las pesquisas e indefectiblemente el valeroso agente policial acusado se le declara inocente y la comunidad negra, humillada, se limita a acatar la sentencia hasta la próxima que se le ocurra a algún otro policía blanco. Lo asombroso es que la sociedad civil no reacciona ante estas transgresiones de los derechos humanos, salvo alguna minoría ya identificada por las autoridades como peligrosos y antisistema. Recientemente un niño de tres años disparó contra su hermano de uno, matándolo. Se trata sólo de anécdotas curiosas que sirven para reiterar una vez más la importancia que tiene el saber manejar las armas desde la más tierna infancia. Cualquiera de ellos puede llegar a Presidente.



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