"EL IMPUESTO AL SOL"

 “IEL MPUESTO AL SOL"

La estulticia del Gobierno como colofón a sus últimos pasos en el poder para favorecer a las eléctricas, será crear el  nuevo “impuesto al sol”. En esencia, se trata de gravar a los que decidan utilizar energías renovables para usos domésticos fuera de la red  de las compañías eléctricas. Dado que técnicamente el uso de estás nuevas fuentes energéticas está resuelto y económicamente es rentable respecto a las tradicionales, por tanto, los consumos e ingresos de las citadas compañías se van a reducir alrededor de un 30%, el Gobierno ha decidido que quien instale sistemas de placas solares debe abonar el citado gravamen. Además, las autoridades están poniendo trabas a la tramitación de los expedientes, como medida para paralizar la avalancha de solicitudes. No se trata de un juego de palabras o de metáforas literarias: es una concesión vergonzante a los lobbies energéticos para compensar la reducción de sus ingresos, consecuencia de menores ventas, con un alza en la carga fiscal cuyo fundamento según los principios de fiscalidad habrá que buscarlos en El Talmud o en los hacendistas fundadores de la moderna ciencia impositiva. Tal genialidad de Montoro va a tener corto recorrido, pues en los países avanzados las placas solares se  pueden adquirir en los supermercados a precios como cualquier electrodoméstico y su instalación y legalización está en manos de cualquier instalador  autorizado. Sólo precisa una inspección técnica de la autoridad por la que se abonarán las tasas que corresponda. Por este sistema se produce un ahorro en los costos del petróleo  necesario para generar la energía y el correspondiente abaratamiento de un bien de primera necesidad que las eléctricas han convertido en uno de lujo mediante  el cual logran  beneficios astronómicos. La perversión está en que, quien decida instalar lo sistemas generadores que permiten esos ahorros va a comprobar que gracias al “impuesto al sol” los va a resultar el Kw. más caro que engancharse a la red general, por lo que tendrá efectos disuasorios para quienes  estén analizando su instalación. Aviso del cínico: “Atención: la luz que se ve al final del túnel ha subido”