lunes, 13 de abril de 2015

JUSTICIA, NO EL CUENTO DE LA CARIDAD



JUSTICIA, NO EL CUENTO DE LA CARIDAD 
Es hora de denunciar las campañas de petición de fondos a la ciudadanía para atender necesidades sociales que deberían ser atendidas por los gobiernos e instituciones que gestionan nuestros impuestos. Es encubrir con limosnas lo que debería ser financiado con fondos presupuestarios.. Supone apelar a la sensibilidad de la población   con potentes campañas publicitarias, lo que hace que los destinatarios de esos fondos pierdan su dignidad, pues deben quedar agradecidos por la lástima de quien aporta voluntariamente en función de su estado de ánimo o de la mala conciencia que  infunde la eficacia de la propaganda. Son  indignantes esas campañas de recogida de alimentos para donárselos a familias sin recursos. Las  que diferentes emisoras ponen en antena para obtener recursos destinados a investigar determinadas enfermedades. Montar espectáculos para crear hospitales, enviar médicos a países que sufren hambruna o para alimentar a niños famélicos a los que se toman fotografía impactantes. Humilla que los gobiernos fomenten esas campañas potenciando la sensiblería de la población escasamente formada, pues deberían existir los  fondos necesarios en los presupuestos para hacer frente a esas necesidades y no manipular a la población argumentando ser fruto de la generosidad, mala conciencia o falta de sentido de la justicia social de todo ser humano. Se debería formar a la población en  la solidaridad,  la no  resignación y que se rechace el criterio de que los pobres supervivan gracias al sentido humillante de la caridad que  presupone mucho de injusticia. Una medida razonable sería utilizar  las ONGs para que los gobiernos o instituciones mundiales canalicen sus recursos presupuestarios para desarrollar proyectos  analizados y administrados con rigor. Es miserable que se dé carácter de noticia a situaciones humanitarias sangrantes y que, cuando tienen suficiente difusión en los medios, las instituciones se presten con urgencia a solucionarlas para que  no afecte sus expectativas en las elecciones.. Así se está perpetuando la miseria como una virtud y se priva de dignidad a la que todo ser humano tiene derecho..


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