miércoles, 1 de enero de 2014

COMPETIR CON LOS "TIGRES DE ORIENTE"



 COMPETIR ECONOMICAMENTE CON LOS “TIGRES  DE ORIENTE”
La política económica a la que se nos está llevando nuestros responsables  va en la dirección de competir con los países de Extremo Oriente que son los que mayor crecimiento están experimentando actualmente. Aunque  lo hacemos  en precios exclusivamente, despreciamos la calidad porque se nos están marchando los creativos, científicos e investigadores, ya que estamos bajando los salarios a niveles equivalentes a los llamados “Tigres de Oriente”.  Han sucumbido a la tentación fácil de competir en precios a base de reducir costos, lo cual es abandonar la política de potenciar la demanda interna que sería lo correcto y crearía una demanda sostenible. Porque es cierto que las exportaciones son objetivo prioritario en las economías desarrolladas, pero potenciando al mismo tiempo los mercados internos. Como no podemos devaluar la moneda por imperativo de Bruselas, devaluamos por la vía de la reducción de los salarios y tenemos el espejismo de que se mejora la balanza comercial, pero ocultando que es a causa de reducir drásticamente las importaciones porque la actividad interior y la mencionada demanda interna está bajo mínimos.  Cierto que en una situación de emergencia las soluciones tienen que improvisarse, además de que la política de rebaja salarial que nos está imponiendo la UE permite competir vía precios en mercados de poco valor añadido y que requiere poca tecnología. Sin embargo, tarde o temprano se comprobará que esta solución no potenciará ni los salarios ni la creación de empleo porque también nuestros competidores van a reaccionar para penetrar en esos mercados de escaso valor añadido y seremos desplazados si, como dice Rajoy, se va a crear empleo, aunque en la medida que ello sea real, los salarios empezarán a crecer, los demás costos irán incrementándose, como la energía o las materias primas que se tengan que importar,  perdiendo la ventaja comparativa que ahora hemos logrado a base de deprimir los salarios y mandar al desempleo una legión de trabajadores.  La hipotética salida que tanto proclaman de Guindos y Montoro son espejismos, pues el flujo del crédito no se ve, a pesar de la publicidad engañosa de los bancos y el gobierno, no pudiendo atenderse la demanda exterior sin la financiación adecuada. Habrá que empezar a racionalizar la economía aunque haya que eliminar monopolios o hacer tributar adecuadamente a las multinacionales y poniendo a la cabeza de los ministerios afectados a personal que sepa imaginar estrategias innovadoras, se valoren los talentos que ahora se ven obligados a emigrar y se luche con rigor contra la corrupción y la elusión fiscal de las grandes fortunas y se deje de incordiar al contribuyente menor cuyo nivel de defraudación es irrelevante  la hora de recaudar. Salvo que se impongan normas de administración y gestión rigurosas desde la UE, estamos  en riesgo de crisis permanente por no querer cambiar las estructuras económicas y políticas del país. Es una lástima que no se haya aprovechado la oportunidad de adecuarlas con la crisis, pero aquí manda quien manda..

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