PROMESAS FUERA DE TIEMPO DE RAJOY A CATALUNYA
No cabe duda: Rajoy es un crack, siempre tiene una baza para
sorprendernos. Ante el cariz que toman los asuntos catalanes, después de
contundentes negativas a cualquier consideración negociadora para dar salida al
contencioso, ha decidido ofertar a Catalunya un sistema financiero-fiscal más adecuado a sus necesidades y ha pedido a
Mas una actitud generosa y desconvoque la consulta sobre la independencia de
ese país que tiene programada. El Sr. Mas le ha contestado que no hay mayor
muestra generosidad que permitir a los
ciudadanos votar para decidir su futuro. Por parte de Rajoy con el tufillo de
que toda la negociación se haga de
acuerdo con la legislación vigente. Esto significa, según el Sr. Rajoy, que el
problema se reduciría a saciar la
codicia de dinero característica de los catalanes y que mostrándose generosos y
solucionándoles sus penurias económicas, que el Sr. Mas se aplacará y los
catalanes volverán a ser los que solucionen los problemas de España a pesar de
la inquina en su contra que se les ha creado en el resto de España fomentada
por la prensa centralista más pintoresca y fanática de Europa. Claro, Mas está
en una dinámica política que trasciende a estos cantos de sirena que le manda
el ingenuo Rajoy, que cada vez más
agobiado a causa de los problemas que le acucian, no fue capaz de discernir que lo de Catalunya se veía
venir, que han tenido excesiva paciencia y han soportado las humillaciones de
ver que el Estatuto de Autonomía votado
por amplia mayoría en el Parlament fue “cepillado” convenientemente (Guerra
dixit) y le eliminaron aspectos esenciales a juicio de los catalanes. Además,
Zapatero aseguró que él aceptaría íntegramente lo que los catalanes decidieran.
No obstante, el Supremo se permitió anular varios aspectos determinantes a base
de criterios jurídicos, lo que debiera ser
considerado exclusivamente de contenido político. Las reacciones de los
señores centralistas pasaban de dar una opinión superficial al enjuiciar a los
catalanes, a amenazar con enviar al ejército al mando de un general de brigada
para imponer la Constitución. Claro, ante esa actitud agrsiva, un pueblo culto
y civilizado y con conciencia de su identidad actúa como tal y: decide no escuchar más
bromas ni ofertas deslumbrantes y determina salirse de España, pero lo hace con
los instrumentos legítimos de un pueblo adulto,: convoca una consulta no vinculante para saber
a ciencia cierta la opinión de la población. Pero a Rajoy no le parece bien que
algunos pueblos decidan su futuro. Ahora
ya no es tiempo de ofertas: hubieran sido oportunas cuando se planteaba la
necesidad de un mejor acomodo en España para los catalanes, pero en Madrid
reinaba y reina la estulticia y el complejo de superioridad. Ahora ya no es
tiempo de ofertas: se marchan a pesar de la constitución y de los generales que
les manden. Ya avisaba Napoleón: “Cuando el enemigo se equivoca no hay que
distraerlo”
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