OTRA DEL INEFABLE MONTORO.

OTRA DEL INEFABLE MONTORO.

A veces el Señor Montoro nos estimula con sus gags en declaraciones en las diversas tribunas públicas. Pero la de la respuesta dada a una interpelación en el Congreso relativa a la evolución de los salarios desde la formación del gobierno por el PP resulta indignante y sus bromas pasan a ser sarcasmo. Afirma categóricamente que no es cierto que los salarios hayan disminuido, tal como le interpelaba algún parlamentario de la oposición. Dice que si han crecido, aunque “moderadamente”. Unos días antes Rajoy en Japón sugería a los empresarios que inviertan en España, pues los costes de producción habían sufrido una reducción importante. Un elemento clave de dichos costes son los laborales, lo cual evidencia que éstos están descendiendo. Habrá que pedir a los miembros del Gobierno que al menos se coordinen a la hora de proclamar las excelencias para emplazar aquí sus empresas. Luego tuvo que matizar con pobres argumentos que sólo sirven para tomárselo a chirigota. Los salarios han decrecido desde el año 2011 más del 4 %, sin considerar el impacto de la inflación. Si se incluye, la pérdida del poder adquisitivo supera el 10 %, según un instituto cuya actividad es el análisis de la evolución de los salarios. Ante la sensación de ridículo de Montoro, y detrás de esa risita insustancial que pone para dar las malas noticias, Rajoy ha puesto de manifiesto en una entrevista que es el mejor ministro para gestionar la crisis. Parece que las genialidades que se le ocurren a Montoro le son perdonadas por lo extravagantes y graciosas que resultan para mantenerse en el candelero y es un icono más del desbarajuste en el que han metido a la economía y a los españoles, pero su actuación como un clown terminan por irritar, sobre todo a los afectados por sus tonterías. Ya ni quiera hacen gracia sus salidas de pata de banco y los diputados ni le hacen caso. Dice su curriculum que es catedrático de Hacienda en la universidad. Es dudoso, pues la ciudadanía se pregunta cómo es posible que se permita explicar economía a profesores tan incultos e irresponsables. No merece la pena pedir su dimisión porque parece que Rajoy tiene a gala mantener a los ministros más problemáticos y acosados por errores y fracasos evidentes como una manera de aparentar rigor en la gestión y que su lema es “mantenella y no enmendalla”  Seguramente le veremos de consejero de alguna eléctrica cuando “consiga solucionar el problema de la crisis de España”. Cuando Montoro dice que se ve la luz al final del túnel: atención, que seguramente será un tren que viene de frente.