EL AYUNTAMIENTO DE MADRID CONTROLA LA MENDICIDAD.
El Ayuntamiento de Madrid ha publicado una ordenanza para
regular la mendicidad en las calles. Se van a imponer severos controles y
multas para los que la ejerciten, pues ponen de manifiesto lo antiestético y
molesto que resulta para la población de
la capital. Esta iniciativa merece ser aplaudida por lo que tiene de original y
necesaria por parte de los ediles. Había que acabar con esa plaga que invade
Madrid, que han creado negocios millonarios y que no tributen por sus
beneficios. Se ha descubierto que los fondos que se manejan son increíbles, por
eso el Ayuntamiento ha tomado la decisión de imponerles severas multas. Además
de lo antiestético de ese espectáculo. Se les expulsará a otros lugares para hacer de nuevo atractivo el
callejear por el Madrid de los Austrias. Y así se crearía un estilo novedoso de pasar
vacaciones, convirtiéndose en originales nómadas. Según los servicios de información
del Ayuntamiento, esos mendigos acumulan importantes fortunas que ocultan y
disimulan para seguir dando una imagen y los viandantes sientan lástima y les
den limosna. Hay que solucionar ese inaplazable problema, aunque se ignore por
irrelevante el espectáculo que muestran los especuladores, defraudadores,
banqueros y políticos que predican la austeridad, pero que con la crisis se han
enriquecido y sus imágenes dan una agradable sensación de abundancia y de armónica
apariencia estética cuando van por las calles de Madrid, bien paseando con sus
elegantes trajes a medida rodeados de guardaespaldas o en sus lujosos
vehículos, y vivan en mansiones que configuran un paisaje con unas vistas
envidiables para la población que aspira compulsivamente a lograr habitar en
una de aquéllas y tomar parte en sus
rentables negocios a base de comisiones, amigos poderosos en la Administración,
en partidos o en empresas que manejan
fondos públicos, aunque sus fraudes y
corrupción no afectan a la estética municipal como es la presencia de los mendigos, si bien resultan más
demoledores y que con sus “apaños” sean los causantes de la existencia de esos
mendigos tan incómodos que se enriquecen y no pagan impuestos. Es una excelente iniciativa de la señora
Botella que va a suponer una gran aportación para reducir drásticamente el
déficit del consistorio. Había que explicarle el coeficiente de Gini: es el que
mide la desigualdad en la distribución de los ingresos de la población.
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