MARTIN VILLA ANTE LA JUEZA SERVINI

 

 MARTIN VILLA ANTE LA JUEZA SERVINI.

Lograr que declare ante una jueza extranjera  tras las diversas citaciones ignoradas  por no habérselo exigido la justicia en España  debe ser valorado como  un triunfo para quienes desde hace  tiempo  demandaban justicia y se la negaron los jueces españoles. Es  muestra de  la calidad  de la que alardean nuestros políticos desde la Transición. Pero a pesar de tratarse de uno de los más contumaces fascistas que devinieron  repentínamente  en demócratas precisamente al  morir en la cama quien le amamantó, debe de reconocérsele el derecho a defenderse de acuerdo con las leyes.  Y esas  leyes son las que  le protegen  contra la  acusación  de genocida según  el derecho internacional. Hay poco que argumentar ante  las  decisiones de  los jueces españoles en respuesta a las múltiples  demandas de tribunales  internacionales. Pero es irritante que los  cuatro expresidentes  del gobierno vivos   hayan tenido el cinismo  de  interceder ante  Servini en favor de este  acusado  de genocidio, lo  que  significa presionar a  un juez en favor de un  delincuente  reconocido internacionalmente . Además de  otros  personajes relevantes, algunos de ellos  causan sorpresa, como  los secretarios  de  CCOO y UGT o Joseph  Borrell, que siempre le  ha mostrado su apoyo. Alguien les ha engañado o temen que Martín Villa  haga públicos   pasajes oscuros en sus respetivos mandatos. Es la omertá   entre delincuentes o  que les haya despertado  la vena quijotesca  y   desafíen   a la justicia   internacional con una cruzada regeneradora de los tribunales españoles bajo  el principio  de sostenella  y no enmendalla  de “Las mocedades del Cid”.    Producen rubor  las    vergonzosas formas de presionar a la ejemplar jueza Servini. El contenido  de los escritos de estos  apologistas  constituye una muestra del sentido de su  justicia y ética.