BREXIT: LA LEY DE MURPHY

 

 BREXIT:  LA LEY DE MURPHY

 

The United Kingdom lo forman Escocia, que  está en proceso de independencia, Ulster, que tarde o temprano se unirá a la república de Eire,  Gales, cuyos sentimientos nacionalistas están muy claros, y la vieja Inglaterra, que  tiene en su territorio Londres y su área de influencia con una clara vocación europeísta . Así que, en realidad  la UK  está en proceso de descomposición que  se complica aun más con el BREXIT que fconstituyó  un error  político al someter a la población la decisión de abandonar la UE, pues   realmente votaron a favor los campesinos, la gente de mayor  y de escasa  cultura y   todos  ellos  provocados  por sentimientos xenófobos  de los partidos   que  aun sueñan con  la vuelta de épocas  victorianas. David Cameron, ex premier que convocó el referéndum de salida de la UE confesó que fue  un error, pues sólo se trataba  de amagar ante   Alemania, Francia   e Italia  para que  se le  incluyera  entre los  que dirigían la política de la UE. La  entrada en la UE supuso  la concesión de importantes privilegios  a fin de salvaguardar  el orgullo  de Westminster.  El éxito del BREXIT supone perder un mercado de 500 millones de consumidores de la UE   y  aparecer  como  tercer país sujeto a otras  condiciones desfavorables.. Una vez más la Ley de Murphy  es implacable: si algo  malo puede pasar, pasará.  Y todo se complica con la elección como premier del torbellino  Boris Johnson  que tratando de alimentar la  vanidad  inglesa  rechaza el convenio   de salida pactado con la UE, lo  que supondría  nada menos que  incumplir un tratado internacional. Es decir, ahora la UK da un paso más hacia el abismo,  pero se sienten  felices porque les  ciega  la soberbia , pues  impedirán  el flujo  de emigrantes sin cualificar,  pero tendrán que contratar  profesionales   especializados   donde no los hay.  Y orientarán  el destino para  sus exportaciones  hacia   Africa  y países   subdesarrollados que carecen de  la seriedad de la UE. Aunque les confortará que Londres se  convierta  en un paraíso  bucólico  con   ovejas y huertas poblando  la orilla del Thames.