EL AGUACIL ALGUACILADO..
Una escueta noticia perdida en páginas interiores de algún periódico ha informado que el TJUE ha fallado contra la sentencia de un tribunal de primera instancia de Bruselas que se inhibía en una denuncia civil que presentó Puigdemont contra el juez Pablo Llarena, instructor del Procés. Se refería a que éste sostenía en una conferencia en Oviedo que los dirigentes catalanes enjuiciados no eran presos políticos, acusándole de falta de presunta imparcialidad en el proceso que el citado juez .instruía. El TJUE ha fallado a favor de Llarena en el sentido de que aquellas manifestaciones se produjeron en su condición de juez y por tanto amparado por la inmunidad de jurisdicción. El fallo del TJUE viene a poner punto y final a un asunto vidrioso, pues realmente el fallo se esperaba que favoreciera a un juez del Supremo, sin embargo la justicia española consideró que el hecho de que un tribunal menor europeo enjuiciara a un Magistrado del Supremo suponía un menoscabo para su dignidad. Es evidente que se trata de un triunfo de los políticos catalanes exiliados al haber logrado llevar a un juez del Supremo ante la justicia europea al que acusan de parcialidad que el TJUE declara improcedente. Seguramente el fallo contrario a la tesis de los exiliados les ha producido mayor satisfacción que al Supremo dándole la razón. Sin duda que en el relato extenso de la historia del proceso por la independencia de Catalunya este fallo será considerado un hito para la inteligente estrategia que culminará inexorablemente en la República de Cataluya. Contra la voluntad de un pueblo unido no existe fuerza humana capaz de frenar sus ansias de libertad, sólo es necesario mantener la fe en los ideales unidos al ejemplo y la capacidad de sacrificio de todos los y las líderes exiliados o encarcelados como consecuencia de sentencias politizadas de tribunales españoles que son sistemáticamente revocadas por los europeos.
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