sábado, 17 de agosto de 2019

LAS LECCIONES DE ESTRATEGIA DE BILDU


LAS  LECCIONES DE ESTRATEGIA DE  BILDU
La Moncloa debería  dominar su soberbia y rabia contenida y llamar a BILDU de Nafarroa para que les enseñen  estrategia política, pues han demostrado que lo  bordan. Sólo unas nociones y si son  humildes como para pensar con la mente y no con el bajo vientre, les hubiera sido  posible solucionar “kinka”que les impedía gobierno. La lección es pura lógica, sólo se necesita tener  autodominio y no dejarse llevar por  instintos. Chivite piensa que una relación por mínima que sea con BILDU va a arruinarle su expectativa para formar gobierno, por eso se ha cuidado mucho de evitar cualquier infidelidad con  Ferraz. Por tanto: nada con los  amigos de los terroristas, a pesar de las múltiples veces que han negociado  y  que  han demostrado fehacientemente  que han condenado  cualquier tipo de violencia. No es suficiente. La primera lección para  Chivite es enterarse de cuántos diputados ha sacado BILDU y  vea si pueden evitar negociar con esos “agote”. Los sociatas pueden intentar toda clase de equilibrios  para evitar que Esparza les acuse de cualquier relación “ilícita” con BILDU. Loa abertzales no tienen  respuesta al ser  su marginados por Chivite, por más que el cuerpo les pediría vengarse votando NO en la investidura de Chivite defendiendo la  suya  propia. Ya le habrán dicho que sin la abstención de BILDU no hay gobierno posible, por eso lo primero que se le ha ocurrido es encomendarse a la Virgen de La Paz, patrona de Cintruénigo, lo que le ha ayudado a sacar fuerzas de flaqueza y reiterar con más furia aun que “a  BILDU ni agua”. Finalmente le hacen presidenta,  pero Araiz le recuerda: “no se equivoque,  tapándonos  las narices nos abstenemos, pero no es un cheque en blanco” . Efectivamente: Chivite debe negociar  con BILDU, a  quien rechazó,   todo lo que pretenda llevar al Parlamento, pues tiene la llave del oxígeno. Además, sin desgaste, pues es  la  ingenua lehendakari  la que reparte el agua, aunque la lleva  en una cesta. María Chivite:  lea “El alguacil aguacilado”, de Quevedo.



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