viernes, 19 de abril de 2019

EL OCASO DE LA IGLESIA


 EL OCASO DE LA IGLESIA
Se quejaba el Papa Francisco de que el Diablo ha aparecido en la Iglesia, la multinacional más antigua del mundo,  que le ha llevado a la actual  crisis. Algunos ingenuos  pensaban que el Diablo y esos  espacios telúricos habían sido ya superados por   los avances de la ciencia y la teología  desterrando la idolatría como   método para provocar el terror como doctrina para estimular la  búsqueda de la verdad y el bien. A no ser que llame  Diablo  a los  cardenales de la Curia Vaticana, a  curas pederastas, a  obispos que les protegen,  que inmatriculan a su nombre propiedades sin  dueños conocidos, a  nuncios  y cardenales del cuerpo diplomático más maquiavélico para negociar con  otros estados  el mantenimiento del sistema  económico social injusto de esta sociedad  radicalmente secularizada. Ciertamente la voluntad del Papa de airear  a la iglesia para que se renueve y entre de nuevo  el Espíritu es saludable para volver a las fuentes del Evangelio. Este ocaso no significa fracaso, pues se trata de que la iglesia  se desprenda de  las adherencias materiales acumuladas a lo largo de su   historia que ha supuesto la traición a la doctrina de Jesucristo. La iglesia católica no puede  pretender seguir dando  la imagen triunfante  aduciendo el argumento de la salvación del género humano,  cuando en su historia   ha participado en guerras,  impuesto la fe a sangre y fuego  manteniendo tribunales como la Inquisición que  condenaban al tormento a quienes se desviaban de la fe oficial  impuesta desde  la Curia de Roma La paulatina  sangría de fieles tiene su origen en la falta de adaptación de sus normas a esta  sociedad   secularizada a la   que,  por medio de la  idolatría   mantiene  a sus feligreses en la ignorancia a base de ritos paganos propios de creencias animistas primitivas que eviten que  se pongan en duda los dogmas, muchos de ellos  pugnan con la evidencia de una sociedad secularizada, culturizada  y racional que hace incompatible la fe auténtica con  prácticas que tienen mucho de manipulación ideológica y que la población culturalmente más formada  ha abandonado por ser opuestos a los principios evangélicos. Habría que pensar en  volver a los orígenes  que describen los Hechos de los Apóstoles.


1 comentario:

IRIS dijo...

Bueno, la Biblia en gral. antiguo y nuevo testamento es la mayor trola escrita desde que el homo sapiens se puso de píe y pudo emitir sus primeros sonidos guturales e hizo dibujos en las cuevas.
Los Hechos de los Apóstoles fueron escritos después de unos cuantos-muchiiisimos años de muerto Cristo y basados en relatos orales e irreales que cada cual adornaba a su manera y la Iglesia les ha ido añadiendo dogmas y capítulos and hoc que vienen muuu bien para su buen y lucrativo status.
Desde que el primer papa inaguró la era papal y nombró a Diablo su leal oposición, sólo Dante escribió aproximándose, en su obra El Infierno, donde iban a parar los prebostes de la iglesia.
Resumiendo que Cristo resucitado, viendo como está la cosa de la iglesia, pensará que ni por asomo se le ocurre volver por el trabajo descomunal que tendría al desalojar de la iglesia a tantos mercaderes de Bulas-Sicav, de Ostias S.A.y Asociados-Grup...con lo bien que se está en el Paraíso y sin tener que cargar con tan pesada cruz.
Saludos