domingo, 14 de abril de 2019

COEFICIENTE INTELECTUAL VERSUS INTELIGENCIA EMOCIONAL


COEFICIENTE INTELECTUAL  VERSUS  INTELIGENCIA EMOCIONAL
Daniel Goldman ha investigado la rama de la psicología de la  inteligencia emocional y y la ha comparado  con el coeficiente intelectual.. Esta segregación ha sido el motor de la moderna psiquiatría y  ha aportado a racionalidad  a la hora de valoración  de la capacidad mental de las personas, y lo que es más importante: el concepto de la autoestima. En tiempos relativamente recientes se pensaba que  los humanos nacían inteligentes o torpes: su vida quedaba predeterminada y sólo era posible que la inteligencia  modificara ligeramente su efecto  en la vida. Quien poseía un alto coeficiente pertenecía a las élites  que  lideraban la sociedad. El valor crítico era la inteligencia, todo el sistema educativo estaba mediatizado por la capacidad intelectual en el caso  de la enseñanza  y  en la  profesionalidad para los trabajadores.. Reinaba  una sensación de resignación  en los de bajo coeficiente intelectual, en cambio se sobrevaloraba la de los declarados  oficialmente  inteligentes. Carecían de mérito, habían nacido inteligentes y la sociedad se lo reconocía. La inteligencia emocional  parecía el recurso  de los torpes para defenderse del domino de los del segregador coeficiente. Pero pronto se analizó el componente personal  que tenía  connotaciones, además de  inteligencia, aspectos afectivos o de atracción personal. Era la empatía. Se comprobó que algunas inteligencias consideradas normales  aventajaban en rendimiento a las de  otros con alto coeficiente  intelectual. Se valoraban facultades  tales  como el atractivo personal, el estilo en la  expresión, la atención hacia el interlocutor, la capacidad para orientar un diálogo en la dirección que interesa a quien persigue  objetivos prefijados. La  psiquiatría moderna  descubre que en la actividad profesional que es más eficaz el simpático,  buen dialogante con inteligencia emocional,  que el que posee un  alto coeficiente intelectual, pues éste genera rechazo  al  argumentar, pues su complejo de superioridad provoca tensión al interlocutor normal y se siente ofendido cuando su interlocutor inteligente le somete a su  esquema propio e ignora el suyo. De hecho los que poseen un alto coeficiente intelectual no suelen ser triunfadores  y sufren porque la sociedad  no reconoce  con sumisión su superioridad intelectual y viven marginados y resentidos.


1 comentario:

IRIS dijo...

Según mi opinión, y sin ser psiquiatra, todos nacemos con un coeficiente intelectual predeterminado que puede desarrollarse dependiendo de las actitudes individuales por el conocimiento o por la apatía del "me es indiferente o paso", del acceso y facilidad que puedan dar a que todos tengan la misma igualdad de oportunidades, no sólo las élites, y la escuela/ Universidad que te de las experiencias de tu vida.
La inteligencia emocional es parte del ADN individual difícil de modificar (ya puedes tener el coeficiente intelectual, altísimo o casi mínimo)...pero es de cada uno,sin añadidos externos,la empatía y solidaridad por el "otro, el diferente", no entiende de intelectualidades.
Creo que en los tiempos actuales es casi invisible o por lo menos ignorada la inteligencia emocional, la triunfadora el el coeficiente intelectual del egocentrismo o del "master-izado"
Saludos!!