COEFICIENTE INTELECTUAL
VERSUS INTELIGENCIA EMOCIONAL
Daniel Goldman ha investigado la rama de la psicología de la
inteligencia emocional y y la ha
comparado con el coeficiente
intelectual.. Esta segregación ha sido el motor de la moderna psiquiatría y ha aportado a racionalidad a la hora de valoración de la capacidad mental de las personas, y lo
que es más importante: el concepto de la autoestima. En tiempos relativamente
recientes se pensaba que los humanos
nacían inteligentes o torpes: su vida quedaba predeterminada y sólo era posible
que la inteligencia modificara
ligeramente su efecto en la vida. Quien
poseía un alto coeficiente pertenecía a las élites que lideraban
la sociedad. El valor crítico era la inteligencia, todo el sistema educativo
estaba mediatizado por la capacidad intelectual en el caso de la enseñanza y en la
profesionalidad para los trabajadores.. Reinaba
una sensación de resignación en los de bajo coeficiente intelectual, en
cambio se sobrevaloraba la de los declarados
oficialmente inteligentes. Carecían
de mérito, habían nacido inteligentes y la sociedad se lo reconocía. La
inteligencia emocional parecía el
recurso de los torpes para defenderse
del domino de los del segregador coeficiente. Pero pronto se analizó el componente
personal que tenía connotaciones, además de inteligencia, aspectos afectivos o de
atracción personal. Era la empatía. Se comprobó que algunas inteligencias
consideradas normales aventajaban en
rendimiento a las de otros con alto coeficiente
intelectual. Se valoraban facultades tales como el atractivo personal, el estilo en la expresión, la atención hacia el interlocutor,
la capacidad para orientar un diálogo en la dirección que interesa a quien persigue
objetivos prefijados. La psiquiatría moderna descubre que en la actividad profesional que es
más eficaz el simpático, buen dialogante
con inteligencia emocional, que el que
posee un alto coeficiente intelectual, pues
éste genera rechazo al argumentar, pues su complejo de superioridad provoca
tensión al interlocutor normal y se siente ofendido cuando su interlocutor
inteligente le somete a su esquema
propio e ignora el suyo. De hecho los que poseen un alto coeficiente intelectual
no suelen ser triunfadores y sufren
porque la sociedad no reconoce con sumisión su superioridad intelectual y
viven marginados y resentidos.
1 comentario:
Según mi opinión, y sin ser psiquiatra, todos nacemos con un coeficiente intelectual predeterminado que puede desarrollarse dependiendo de las actitudes individuales por el conocimiento o por la apatía del "me es indiferente o paso", del acceso y facilidad que puedan dar a que todos tengan la misma igualdad de oportunidades, no sólo las élites, y la escuela/ Universidad que te de las experiencias de tu vida.
La inteligencia emocional es parte del ADN individual difícil de modificar (ya puedes tener el coeficiente intelectual, altísimo o casi mínimo)...pero es de cada uno,sin añadidos externos,la empatía y solidaridad por el "otro, el diferente", no entiende de intelectualidades.
Creo que en los tiempos actuales es casi invisible o por lo menos ignorada la inteligencia emocional, la triunfadora el el coeficiente intelectual del egocentrismo o del "master-izado"
Saludos!!
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