domingo, 10 de diciembre de 2017

DEMOCRACIA A LA ESPAÑOLA



 DEMOCRACIA A LA ESPAÑOLA
Una señora ha publicado una carta muy correcta al director en un periódico en la que invoca  su derecho a la  libertad de expresión para quejarse de que en otra anteriormente publicada por otra persona criticaba al presidente Rajoy por su manera de gobernar y especialmente  respecto a la forma de plantear la crisis catalana. Esta literata utiliza su derecho a la libre expresión  para coartar el de otra persona que en uso de su propia  libertad expone ideas  contrarias a las de quien esgrime  el suyo  a la libre expresión,  quien al parecer vota a Rajoy. Es de hacer notar que  la señora que se queja del contenido de la carta de quien critica a Rajoy hace un encendido elogio respecto al tono, cortesía y respeto con el que  expresa  sus formas de  opinión. Y al final pide  disculpas a su interlocutor  por si se siente ofendido por su crítica. No se entiende bien que alguien que ejerce su derecho a la  libre expresión considere que puede haber herido a otro, lo que demuestra que no está segura de que su carta no ofenderá a quien va dirigida. Esta señora si  opina de buena fe  y hace uso de su legítimo derecho a expresarse no parece  tener la conciencia tranquila  porque confunde su crítica con un prejuicio y  muestra  que no es  capaz de aceptar  la de alguien que sí la expone de acuerdo con su propio criterio libre y legítimo. Esto sucede  porque en España la libertad de expresión y la democracia en general son derechos que no se saben ejercer y cuando así se hace, se tiene mala conciencia porque es utilizado con intención de ofender,  pues se desconocen sus límites y frecuentemente se utiliza para zaherir al que no piensa como él. Además, en la carta la amable escriba hace una crítica muy agria y de dudosa justificación en contra de Puigdemont al que le acusa de provocar la ruptura de España, de cobarde por haber huido de la justicia y de engañar a los catalanes. Y no pide disculpas por si sus críticas pueden ofender a quienes defienden el derecho de vascos  catalanes a la libre autodeterminación. Al final hace un refrito porque se considera partidaria de la libertad como fundamento de la vida  y origen de  la felicidad y de la paz, pero parece que exceptúa de ese derecho a los vascos y catalanes, no porque quieran ser independientes, sino porque desean votar para decidir cómo quieren gobernarse. Esa forma de razonar se llama en su rico  idioma español “ley del embudo”


2 comentarios:

IRIS dijo...

Mi estimado Javier, a mi eso no me extraña ni me resulta desconocido, por opinar sobre cuestiones políticas, los políticos y lo que nos acarrean sus políticas, sobre todo si mis opiniones cuestionan el modus operandi del papel de esa "organización creada para delinquir" ( según un juez) desde: yihadista, fobia enfermiza, analfabeta e incluso anti-española por su forma de retorcer el lenguaje según su "libertad de expresión", tratando de " acojonarme" con adjetivos descalificativos personales varios, he tenido que aguantar en un foro, sobre todo con foreros pancistas del "España va bien" y del toda la culpa es de Podemos, Puigdemont y Cataluña, Venezuela y los hacker rusos.
Jamás opinan sobre los link de las noticias que pego...sólo opinan de mis opiniones....así que qué voy a decir yo?.
Saludos!!!

egaz dijo...

Si, Iris, siempre son otroa los que se equivocan, los que reciben dinero de Venezuela o de Iran, ellos lo cogen directamente de los "buenes patriotas" que hacen gala de su patriotismo desde Panamá o desde Suiza. Qué caústica eres, Iris, cuando te refieres a los políticos de derechas. Sabrán qué es la libertad de expresión? Siempre con tu lenguaje preciso, provocativo y de denunca.Gracias porque leerte es siempre una satisfacción.