domingo, 31 de diciembre de 2017

GOIO: MONTAÑERO Y AMIGO



 GOIO: MONTAÑERO Y AMIGO
Pasados  unos días desde la dolorosa despedida a Goio, ahora corresponde  un recuerdo amable  para el amigo sincero y montañero ejemplar. Era quien   todos los sábados organizaba con detalle  las excursiones y aportaba su fino humor y simpatía a  los que formabamos el talde. Con una forma física envidiable,  era incansable, pero siempre vigilando discretamente para que nadie se quedara atrás, pues cuando observaba que a alguien le faltaban fuerzas, él  se quedaba rezagado para acompañarle y animarle. Siempre sonriente y presto a  bromear para rebajar la tensión normal en  travesías de varios días por Pirineos o Picos. En los refugios era quien ponía orden y daba ánimos pues al ser  los espacios  limitados  surgían los nervios, pero  después de la cena nos tumbábamos a la luz de la luna sobre el  habitual nevero  disfrutando admirando el resplandor del sol que se desvanecía a lo lejos,  para cantar y charlar envueltos en el forro polar contándonos sus  divertidas historias, unas veces reales y otras inventadas, pero con su retórica tan rica, que no sabíamos qué era cierto y qué fantasía. También nos estimulaba para que los demás que relatáramos nuestras vivencias.  En los momentos de tensión o peligro era quien aportaba el toque de serenidad imprescindible. Alguna vez tuvimos que ser rescatados por la ertzaintza o la gendarmería, pero su presencia y  sensación de tranquilidad nos confortaba. Ingeniero, culto,  elegante como buen bilbaino, de Indautxu concretamente, aficionado a la ópera, jugador moderado y exitoso en Bolsa, selecto gourmet  especialmente  en lo referente a vinos.  Muy  entendido en nuestro  deporte de la pelota, no apostaba, pero  acertaba a la hora de los pronósticos. Solíamos ir al Deportivo a ver  jugar a pala a Iturri, Goldarazena, Iturzaeta… y después a sus  herederos, Fusto, Gaubeka, …. Se sentía orgulloso  y  proclamaba  su ideología vasca, pero tolerante con quienes no coincidían con sus convicciones políticas, con quienes razonaba y escuchaba con todo respeto.  Aunque su final era inevitable, a los amigos nos ha dejado una sensación de vacío, aunque su recuerdo permanecerá para siempre entre los que nos sentimos sus amigos.  Desde estas líneas queremos hacer extensivo nuestro cariño a su esposa, Maite y a sus hijos e hijas. Goian  bego, Goio.


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