“VALER PARA UN ROTO O UN DESCOSIDO”.
Leer un comentario reciente de Santiago Cervera en la
`prensa vasca no deja de ser un motivo para la reflexión, pues con su desparpajo
proverbial, quien fuera uno de los ideólogos de UPN, que desembarcó en el PP cuando ambos se
enfrentaron y al que se premió con un
puesto de diputado, reitera el título de esta carta. En todos los cargos ha salido victorioso gracias
a su pico de oro y formas exquisitas. Pero que econden un ser ambicioso y
oportunista, aunque al final, por su exceso de confianza le ha abandonado la baraka
y dedicarse a escribir de pájaros y
flores. Porque en su artículo titulado “Populismo” desarrolla su
pensamiento que podría suscribir cualquiera que vote a un partido de
izquierdas, salvo el PSOE. Santi, no se
olvide, ha sido un ideólogo cualificado de un
partido que ha negado la
identidad vasca de Nafarroa, furibundo enemigo del euskara para que desaparezca y tratando de distanciar a los navarros de los
otros vascos de Euskal Herria. Su paso al PP
abandonando UPN fue uno operación de manual del clásico
oportunista que se coloca al sol que más calienta. confiando que con su verborrea
y estilo entre jesuítico y angelical le elevara
desde las Cortes hasta algún cargo que le sacara de “provincias” y llenar su
ego. Pero todos los ambiciosos que no miran las piedras del camino y calculan
mal sus fuerzas suelen tropezarse y les meten goles entre las piernas por no cuidar los
detalles. Es difícil entender que se dejara engañar por unos aficionados que le
tendieron una trampa por medio de un sobre con dinero que escondieron en una
hendidura de las murallas. Su curiosidad e ingenuidad le hizo morder el anzuelo, pues nuestro héroe
fue en busca del sobre sin percatarse que le estaban fotografiando y que esa
sería la prueba para acusarle de
corrupción, obligándole a dimitir de sus cargos, apareciendo como investigado ante un tribunal,
a abandonar la política y tener que volver al penoso esfuerzo de trabajar en su profesión para poder vivir
como cualquier civil. Parecía que su labia le habría abandonado obligándole a permanecer
silencioso, pero he aquí que se le ocurre acusar de populismo a otros partidos
en los que ha militado ha hecho alarde de la más miserable
demagogia. Por eso el título de su artículo se podría reescribir: “Santi lo mismo plancha
un huevo que fríe una corbata”, sin que se ruborice por esa conversión al caerse del
caballo. Como Saulo.
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