LECCIONES DEL LOBBY ESPAÑOL AL DE EEUU
Los españoles siempre nos hemos sentido con complejo de
inferioridad respecto a los extranjeros. Desde el cine a los aparatos de uso
cotidiano hemos preferido lo foráneo.
Sin embargo, no es lo correcto, pues nuestra comida es más sabrosa y sana, envidian
nuestro carácter alegre y agudo, nuestro futbol es el mejor y nuestras mujeres
son las más guapas y simpáticas. Pero sÍ debemos aceptar que nuestras
instituciones y sistemas de gobierno, como el mantenimiento del orden público
se nos va la mano a veces y uno echaría de menos el bobby, el gendarme o al politzei y lo queremos
copiar miméticamente. Envidiamos la institución del Lobby de los EEUU que es una manera civilizada de
ejercer presión a los políticos, de forma que es preferible que las relaciones
sean públicas evitándose la clandestinidad que es la fuente de la corrupción.
Pero ese afán nuestro de copiar lo externo es un error, que proviene de ese complejo de inferioridad
que queremos ocultar. Es bueno resaltar que poseemos un sistema más barato y que es fruto de nuestra acreditada
picaresca. Nosotros, para poder influir en los políticos, grandes empresas, corporaciones u organismos mundiales
hemos descubierto una forma infalible: las puertas giratorias. El fundamento es
sencillo: cuando un ministro o alto cargo cesa, inmediatamente es fichado por
los grandes grupos industriales y financieros. Se les retribuye razonablemente,
no hacen nada más que estar y poner su nombre e imagen; y así se aprovechan los
contactos y conocimientos acumulados mientras han ejercido el cargo público y
en ocasiones se les encomiendan gestiones en los que entran en juego
importantes contratos o una legislación más beneficiosa para la empresa a la
que representa.. No se requiere ninguna estructura ni legislación que encarece
y alimenta el gigantismo del estado; sólo se debe contar con la colaboración de
los jueces de los altos tribunales que han sido nombrados por los partidos que
están o han estado en el poder. De esta manera la ciudadanía no se entera de
nada y se evitan conflictos y se coloca a los exministros dignamente, para que
no tengan que pasar por la humillación de tener que trabajar para vivir. Es
que, además, no lo sabrían hacer por falta de costumbre.
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