"NO HAY DISCULPA: VOSOTROS LE HABEIS VOTADO"

“NO HAY DISCULPA: VOSOTROS LE HABEIS VOTADO”

En un artículo el crítico director Michael Moore afirma que EEUU viene mostrando signos de  imperio en decadencia y uno de ellos-señala- es la eclosión de Mesías que, sin carisma ni don especial, pero a base de cinismo y carencia de sentido del ridículo, se presentan ante los desesperados ciudadanos víctimas del gigantismo del imperio y con demagogia descarada en sus proclamas, se convierten en redentores que  logran arrastrar a masas sin ideología, rebosantes de ignorancia y afán de venganza contra los  que el manipulador sin conciencia les señala como sus enemigos. Y cosecha sus  votos eligiéndole presidente. Moor les echa en cara que “ ha sido elegido por vosotros, como también lo fueron  Hitler, Berlusconi y Hollande y  llevaron a los pueblos al desastre, pues ser votados no garantiza su calidad democrática, a la vista de la historia que nos han dejado en herencia”.  También  Chomsky había vaticinado que siempre existe el riesgo de un presidente populista que entusiasme a esos 60 millones de desequilibrados y le voten, aunque ahora muchos de ellos se arrepienten expresándolo con violencia callejera, que, reprimida por policías desatados,  declaran “Trump is not my president”. Pues de quien es, si lo habéis votado vosotros?. Sin embargo, los patriotas americanos tan elementales y carentes de la mínima capacidad  reflexiva más allá de su fanatismo patriótico, de su proclamado derecho constitucional a portar armas o que han  descubierto repentinamente  todas las tropelías de sus políticos, temenn expectativas sombrías sin poder valorar el límite que pueden llegar a ser peor que todo lo imaginable. Los partidarios de los demócratas que creyeron en las encuestas falseadas y  que Clinton era una candidata de fiar se engañaron, pues Trump será un deslenguado, pero no  tonto y posee los medios de difusión para manipular a las masas desesperanzadas. Ahora Trump les dará  a probar su amarga medicina   por su simplismo, su patriotismo fanático y por la fe ciega en sus prepotentes  gobernantes que les aseguraban  que resolverían  sus problemas a cambio de que se crean los más fuertes, más listo y  más envidiados. Pero ignoran el caos cuando se derrumbe el imperio.