RESPETAR LAS SENTENCIAS DEL TEDH.
Los asesores de Rajoy y los del PP han debido perder la
cabeza: pues no se les ocurre aconsejar que organicen una manifestación para
protestar contra la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por la
que se declara ilegal la llamada “Doctrina Parot” aplicada a una presa que
había recurrido sin éxito sucesivamente al Supremo y al Constitucional. Dicho
Tribunal de Estrasburgo, el más significativo de Europa, está compuesto por diecisiete
eminentes juristas de todos los países signatarios del acta de creación del mismo, por tanto, sus miembros no
son unos jueces sin relevancia, que
siguen las indicaciones de políticos sin contenido jurídico alguno, tal como
han señalado algunos líderes del PP e ilustres tertulianos del pesebre que
ahora se han visto obligados a aceptar que la justicia en España tiene escaso
parecido a la de los países democráticos consolidados. Y para tener que pasar
la sensación de ridículo de nuestros tribunales deciden desacreditar a los magistrados
componentes del TEDH y convocan una manifestación protestando contra la
sentencia que declara que es
inconstitucional la retroactividad de una ley penal que debe quedar derogada de inmediato, el
gobierno tiene que indemnizar a la condenada ilegalmente por los perjuicios
producidos al haber estado en prisión desde el 2006 en que cumplía sentencia,
hasta octubre del 2013. Dicha sentencia deberá ser de aplicación a otros presos que han
sufrido la extensión ilegal de la condena en base a la sentencia impugnada. Los asesores deberían leerse los comentarios
al respecto en la prensa europea y pasarle algunos resúmenes a Rajoy, Gallardón,
Jorge Fernández Díaz, ministros del gabinete, así como a los representantes del
PP que estuvieron presentes en la manifestación: Carlos Floriano, Javier
Arenas, Ana Botella, Ignacio González, Esperanza Aguirre, González Pons…La
citada Doctrina Parot fue reiteradamente criticada por juristas independientes
españoles, pero ningún juez manifestó
rechazo alguno que pudiera hacer pensar que los miembros del Supremo,
Constitucional y el Poder Judicial no manifestaran sus reservas ante tales
conculcaciones de los principios generales del Derecho, aunque en espacios
restringidos algunos de ellos progresistas se echaban las manos a la cabeza
ante las interpretaciones tan forzadas de la ley, a sabiendas de que el TEDH
les iba a dar un varapalo, como así ha acontecido. En medio de todo, esta
sentencia hará reflexionar a los jueces que no han tenido el coraje de
protestar ante lo que ha constituido una manifestación evidente de que la
justicia aquí tiene que revisarse desde
sus fundamentos, así como evitar ridículos como la decisión de convocar una
manifestación contra una sentencia firme nada menos que del Tribunal que vela
por los derechos humanos en Europa. “Pacta sunt servanda”
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