CÓMO SERÁ LA VIDA DESPUÉS DE LA CRISIS?
Parafraseando el título de un libro de éxito “Hay vida tras
la crisis”, que ha escrito un economista de los que saben describir las causas
de los problemas como todos los expertos y teóricos, pero que no se atreve a hacer un pronóstico fundado y probable
sobre las soluciones, un empresario con gran experiencia
profesional ya curado de espanto y harto de predicciones de los organismos
económicos y de las doctrinas de catedráticos con mucha ciencia, pero ninguna
experiencia en la vida empresarial, ha publicado un artículo de prensa en el
que hace sus previsiones para cuando termine la crisis. Parte de la premisa de
que las crisis en este sistema económico neoliberal de extensión planetaria no
tiene final, es sistémico y que el empresario tiene que saber desarrollar su
estrategia sobre la base de una crisis permanente, pues de otra manera está
condenado a desaparecer. Por eso afirma que los directivos deben de dejar de
ser ingenieros, economistas o similares y tener un perfil de sociólogo o filósofo, pues
los factores internos empresariales son irrelevantes: se da por sentado que su
estructura y tecnología son capaces de competir, pues de lo contrario serán
inviables. Lo importante es adaptarse al mercado que ahora es planetario y que
los competidores poseen similar capacidad tecnológica, pero diferente para desenvolverse en el mercado. Bien, pues
el articulista afirma que no es probable que en un horizonte de 20 años descienda
el paro del 20%, es decir, bajará en el mejor de los casos cinco puntos
porcentuales. Que no se debe esperar que empresarios extranjeros vengan a
invertir a España, puesto que muchos ya la abandonaron después de aprovecharse
de la diferencia de salarios que había en relación con sus países de origen.
Que los mercados emergentes actuales y los que previsiblemente surgirán van a
atraer inversiones y por ello decidirán desinvertir en España. Afirma también
que los niveles medios de salarios anteriores a la crisis podrían ser del orden
de los 1200 a 2000 €, Cuando nos recuperemos serán un 50% más bajos, o sea que
oscilarán entre 600 y 1400 €, aunque los de los directivos seguirán creciendo
sin control. Que las clases medias
desaparecerán y existirá un proletariado culto compuesto por licenciados, ingenieros,
médicos,… que no llegarán nunca a trabajar.
Que los estados volverán al “estado gendarme”, es decir, sus funciones
serán mantener el orden, atender la mendicidad para que no se rebelen y ocupen
los cuarteles de invierno de los poderosos. Por mucho que se quieran modificar
las condiciones para jubilarse, el nivel de las pensiones normales será
equivalente al subsidio que permitirá no morirse, pero que estimulará a pegarse
un tiro. Eso sí: los gobiernos serán
capaces de hacer sentirse felices y les seguirán votando los ingenuos
hambrientos en paro que vivirán de las hazañas de “La Roja”, el Real Madrid, el
Barsa… y se terminará de construir San Mamés Barria. Y a mí que me ha convencido…
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