viernes, 15 de noviembre de 2013

LOS HILILLOS" DEL "PRESTIGE"



LOS “HILILLOS” DEL “PRESTIGE”
Aquella catástrofe que se produjo hace once años a causa de la contaminación de chapapote de la costa cantábrica que supuso una movilización de voluntarios que trabajaron para evitar las consecuencias,  no sucedió, sólo fue un sueño doloroso, pero que, a la vista de la sentencia del tribunal que juzga aquellos hechos y las condenas impuestas, se diría que aquel movimiento de solidaridad nacional fue una acción política de los opositores contra el gobierno de Aznar que era Presidente a la sazón. Realmente los acontecimientos vividos directamente por los que se prestaron a los trabajos de limpieza o las trágicas imágenes por televisión de aquella visión dantesca de la tragedia, los implicados y denunciados,  ahora son sentenciados con penas insignificantes, la mayor de ellas de nueve meses de prisión al capitán y sólo por desobedecer las instrucciones de la autoridad en aquel momento. La plataforma que se formó espontáneamente, “Nunca Mais”, fue un elemento  dinamizador ejemplar de las conciencias de la población, tanto la directamente afectada por la marea negra, como para movilizar a cientos de miles de voluntarios que se prestaron a cooperar desinteresadamente en los penosos trabajos para limpiar playas, acantilados y para evitar la contaminación de puertos y costas. Además “Nunca Mais” tuvo que soportar las impertinencias y acusaciones más agresivas e injustas de las autoridades implicadas, constituyendo un ejemplo de que sus instrucciones, ahora se evidencia, fueron erróneas y supusieron la mayor tragedia ecológica marítima de la zona. Aquí nadie es culpable de nada, nadie tiene que cargar con los costes  de recogida, limpieza e indemnizaciones: la sentencia ignora quien es la compañía propietaria del buque, se reconoce que las condiciones de navegabilidad del “Prestige” eran desastrosas, aunque, mientras, el ministro de Fomento, Alvarez Cascos estaba de cacería y el de Medio Ambiente, el inefable Matas estaba de vacaciones y no creyeron conveniente interrumpirlas para controlar la situación. A todo este sainete se unió el hoy Presidente Rajoy,  Ministro del Interior en aquella fecha, que al comparecer en  rueda de prensa puso de manifiesto, con una actitud entre despistada y cínica,  que la situación estaba controlada, que el pecio yacía en el fondo del mar con la carga de chapapote sellada en su interior, “que sólo salen a la superficie unos hilillos como de plastilina, pero nada de importancia, todo está bajo control” O sea que, como para confiar en nuestros líderes políticos. Como apostilla un experto marítimo al enjuiciar la sentencia: “Cuando se “juega” con la Administración  no pasa nada”. Es, en medio de todo, un consuelo el sentido del dicho oriental “La ignorancia es temporal, la estupidez es  para siempre”.

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