LOS “HILILLOS” DEL “PRESTIGE”
Aquella catástrofe que se produjo hace once años a causa de
la contaminación de chapapote de la costa cantábrica que supuso una movilización
de voluntarios que trabajaron para evitar las consecuencias, no sucedió, sólo fue un sueño doloroso, pero
que, a la vista de la sentencia del tribunal que juzga aquellos hechos y las
condenas impuestas, se diría que aquel movimiento de solidaridad nacional fue
una acción política de los opositores contra el gobierno de Aznar que era Presidente
a la sazón. Realmente los acontecimientos vividos directamente por los que se
prestaron a los trabajos de limpieza o las trágicas imágenes por televisión de
aquella visión dantesca de la tragedia, los implicados y denunciados, ahora son sentenciados con penas
insignificantes, la mayor de ellas de nueve meses de prisión al capitán y sólo
por desobedecer las instrucciones de la autoridad en aquel momento. La
plataforma que se formó espontáneamente, “Nunca Mais”, fue un elemento dinamizador ejemplar de las conciencias de la
población, tanto la directamente afectada por la marea negra, como para
movilizar a cientos de miles de voluntarios que se prestaron a cooperar
desinteresadamente en los penosos trabajos para limpiar playas, acantilados y
para evitar la contaminación de puertos y costas. Además “Nunca Mais” tuvo que
soportar las impertinencias y acusaciones más agresivas e injustas de las
autoridades implicadas, constituyendo un ejemplo de que sus instrucciones, ahora
se evidencia, fueron erróneas y supusieron la mayor tragedia ecológica marítima
de la zona. Aquí nadie es culpable de nada, nadie tiene que cargar con los
costes de recogida, limpieza e
indemnizaciones: la sentencia ignora quien es la compañía propietaria del
buque, se reconoce que las condiciones de navegabilidad del “Prestige” eran
desastrosas, aunque, mientras, el ministro de Fomento, Alvarez Cascos estaba de
cacería y el de Medio Ambiente, el inefable Matas estaba de vacaciones y no creyeron
conveniente interrumpirlas para controlar la situación. A todo este sainete se
unió el hoy Presidente Rajoy, Ministro
del Interior en aquella fecha, que al comparecer en rueda de prensa puso de manifiesto, con una
actitud entre despistada y cínica, que
la situación estaba controlada, que el pecio yacía en el fondo del mar con la
carga de chapapote sellada en su interior, “que sólo salen a la superficie unos
hilillos como de plastilina, pero nada de importancia, todo está bajo control” O
sea que, como para confiar en nuestros líderes políticos. Como apostilla un
experto marítimo al enjuiciar la sentencia: “Cuando se “juega” con la
Administración no pasa nada”. Es, en
medio de todo, un consuelo el sentido del dicho oriental “La ignorancia es
temporal, la estupidez es para siempre”.
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