LA VOZ DE LA IGLESIA NO ES SOLO LA DE LA JERARQUÍA.
Para sorpresa de la ciudadanía, los creyentes en un Dios trascendente no son tan conservadores
y fanáticos como quieren mostrar las
múltiples declaraciones de los jerarcas españoles de la Iglersia. Es una
ventana por la que entra un a corriente saludable de aire fresco que se abre a
la sociedad en la que están perfectamente incorporados. Lo indica un sondeo de
Metroscopia que arroja unos resultados que así lo corroboran. Los más
llamativos son: el 55 % de los católicos practicantes rechaza el trato
preferencial de la iglesia sobre otras religiones. Aceptan mayoritariamente las
familias gais,. Condenan radicalmente la pederastia en el seno de la Iglesia.
Admiten el uso generalizado de anticonceptivos. Admiten abrumadoramente el
divorcio. Rechazan la discriminación en
contra de la mujer en el gobierno de la
iglesia. Admiten masivamente que una
pareja del mismo sexo está tan capacitada como una pareja de diferente sexo
para educar a un niño. Asumen que el concepto de familia no tiene que
referirse exclusivamente a la formada
por un hombre y una mujer. Desean que se ponga fin en España la
preferencia de la iglesia católica sobre
las demás religiones. Abogan por una ley sobre el aborto en una serie concreta
de supuestos, pero que no debe tratarse como un delito. O sea que ese estigma
que se ha extendido sobre la mentalidad retrógrada de los católicos proviene de
opiniones interesadas de los que la crean y mantienen que son los jerarcas los
que manipulan a los creyentes. Viene esto a contrastar con la noticia de que el
Arzobispo de Granada, Javier Martinez, ha difundido unas declaraciones en las que
defiende la publicación y el contenido del libro “Cásate y sé sumisa”, escrito
por la periodista italiana Constanza Miriano, que es todo un alegato vergonzoso
a favor del papel tradicional que se quiere volver asignar a la mujer en el
matrimonio, proclamando principios que la humillan y degradan en el matrimonio. Es tan vergonzoso su
contenido, que IU de la ciudad ha pedido
al fiscal que investigue su contenido y
ordene retirar de la circulación el libro. Ambas noticias muestran con claridad
que la comunidad creyente en Jesucristo no puede sentirse en conciencia
representada por criterios como los que proclaman estos opinion makers que se
atribuyen el monopolio de la interpretación
única de la doctrina evangélica. No es extraña una pintada en un muro en la que
se leía: “La única iglesia que ilumina es la quemada”.
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