ARREPENTIDOS QUIERE DIOS.
Parece que a algunos miembros de las FSE después de jubilarse les ataca el "síndrome veritatis" que les impele a hacer públicas ilegalidades, mentiras y malas prácticas que se les han exigido para ocupar sus cargos en defensa del Estado. El comisario Enrique Pamiés, “Lleida”, que acaba de jubilarse de jefe de la policía en el Pais Vasco, en una entrevista presentando el libro “Cómo luché contra ETA” escrito por Pablo Muñoz, reconoce que “es mentira que sólo con el Estado de Derecho se acaba con el terrorismo”. Considera un error el cierre de “Egin“, los “papeles de Susper”, la operación de “Bateragune” entre otras. Este reconocimiento supone la ruptura de una línea de defensa desarrollada por Alfredo Rubalcaba acusando a los terroristas de falsas denuncias de torturas en los interrogatorios como estrategia para desacreditarlos ante la opinión pública. Estas manifestaciones de “Lleida” desmienten la convicción de la ciudadanía de la escrupulosa legalidad de la actuación de las FSE, puesto que dicha práctica la prohíbe la Constitución; ello pone de manifiesto que al Estado también se le defiende desde las cloacas, González dixit, sin que los jueces hayan podido descubrirlo a pesar de su celo. “Lleida” lo denuncia públicamente una vez jubilado de la policía, para no incurrir en responsabilidades que pudieran afectar a la pensión de jubilación como a algunos otros afectados por el síndrome de la “verdad post jubilación” , como se denomina esa nueva enfermedad profesional. Ahora Marlaska, Garzón y jueces de la AN y Supremo tienen materia para reflexionar.
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