BRUSELAS
NO PAGA TRIDORES
Las
noticias que se han recibido de Bruselas
sobre la descalificación del Abogado
General de la UE de la sentencia del Supremo sobre el Procés supusieron una
explosión de júbilo en los círculos progresistas. Desautorizaba y declaraba
nula la condena de los presos políticos y declaraba la legitimidad de los
exiliados catalanes en la Asamblea de Estrasburgo. Además de otras
rectificaciones y anulaciones a la política del gobierno ratificando las
decisiones de las instituciones de la Generalitat y el Govern. Todo parecía
un sueño y se pensó que gracias a que en
el nuevo gobierno participaba Podemos se
iniciaba la democracia real y que la Transición
era historia. Se nos había olvidado que
el Mercado Común era eso, un mercado que se creó para solucionar los problemas
económicos de la posguerra y las empresas volvieran a generar beneficios, para
lo que hubo que adecuar las diversas legislaciones
nacionales con ese objetivo. Ahora se comprueba que las instituciones europeas
están supeditadas a los intereses de los
estados a pesar de que las sentencias de los tribunales comunitarios sean
prevalentes a las de los estados. Así que la decisión del Abogado General opuesta
a la sentencia del Supremo fue humillada al contradecirse a sí misma al día
siguiente afirmando que su interpretación sobre la sentencia del Supremo debía anularse.
Que la del Supremo era la válida. Por tanto, que Junqueras debería permanecer
encarcelado y que los exiliados catalanes someterse al Parlamento Europeo para retirarles la
inmunidad. Rectificaba su doctrina cuando afirmaba que debía declarase nula que todos
los condenados gozaban de inmunidad pues
ya eran diputados al iniciarse el Procés. Ahora se evidencia
que la UE es realmente un club de
intereses económicos y políticos de los
estados miembros y que en Bruselas operan los mismos fenómenos de presión a
favor de los poderosos y que la ciudadanía tiene escasa capacidad de influir.
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