NUEVA GENERACION DE POLITICOS.
Hasta hacía relativamente poco se había difundido la opinión de
que los políticos pertenecían a una casta especial a la que se admiraba por su estilo y dialéctica y al
mismo tiempo se les temía porque defendían los intereses de los poderosos. Era
gente notable que no pasaban desapercibidos. Pero las últimas remesas que nos
gobiernan han pasado de ser los cómicos peligrosos que se les teme y no se les hace caso por contradictorios, incultos, mentirosos, vengativos como para no
fiarse de ellos y al mismo tiempo simples e ingenuos a los que es fácil adular y engañar. Hay honrosas excepciones, pero el
cuadro de honor actual lo componen Boris
Johnson (BOJO), Ronald Trump (Mr.
Pumpkin), los jeques árabes, quienes responden a las críticas de los periodista hirviéndoles hasta hacerles desparecer. También nuestro Pedro Sanchez, que
califica
a Felipe VI de “ rey republicano”. Cada uno con sus virtudes y defectos, pero con la característica
común de su estilo entre cómico y anárquico de su look que es lo que valoran a falta del que deberían poseer en función de su cargo.
Esas personalidades tan superficiales proyectan un estilo de hacer política que
les hace imprevisibles y por eso temibles porque no cubren ni siquiera los
códigos de la diplomacia. Como es lógico, además de estas personalidades descritas, existe
infinidad de emboscados de mínimo rango que han hecho del servicio público su
medio de vida, confirmando la tesis de que nos aproximamos al ocaso del
político con rasgos humanoides y a la
era de los robots programados cuyos sentimientos humanos son más profundos que los de éstos de la última generación. Es de justicia citar a
Susana Diaz, Ana Botella, Revilla, De
Guindos, Cospedal, Rajoy,
Pep Borrell, Paco Camps, Esperanza Aguirre, Isabel Diaz Ayuso o Jose Mari Aznar. Y en la esfera internacional,
además de los citados, son irrepetibles
Salvini, Bolsonaro, Juncker o el cómico Zelenski.
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