LOS CIVILES NO CUENTAN
En este país hay dos grupos
sociológicos: los civiles y los que no lo son. No son civiles los militares,
los eclesiásticos, los profesores, los funcionarios, los que tienen un amigo
importante en un banco para que le facilite un préstamo; el del amigo munipa,
para que le quite las multas y le solucione los trámites burocráticos sin hacer
cola.. Los profesores de enseñanza que han ganado la oposición y tienen
un puesto fijo, tres meses de vacaciones en verano, otras en navidad y semana santa; además utilizan
un lenguaje profesoral que les
permite mirar por encima del hombro
cuando se dirigen a los civiles. Los eclesiásticos son los que por diversas razones han preferido el celibato
a cambio de llenar su vocación y satisfacer su ego pontificando en sermones brillantes a la ya escasa
feligresía de ancianos que se aburren en
casa y ven el final cerca. Los demás son los civiles:
los que pagan religiosamente sus impuestos porque no pueden evadirlos, para que los no civiles arriba detallados gocen de trato preferencial. Es la
soldadesca rasa de civiles que no saben por qué, caen en el frente en caso de conflicto
militar, mientras los jefes “estudian” la estrategia equivocada en los bunkers entre planos y whisky, jugando a la guerra con soldaditos no precisamente
de plomo. Son los que no tienen quienes
les quiten las multas; los que con
sonrisa nerviosa esperan con miedo en
las colas de los ferreos controles de carretera ante la mirada feroz del
policía que les apuntan con su
“tomavistas” Civiles son los que votan a
los partidos mayoritarios por tradición familiar o por el look de sus líderes,
aunque se llamen Pedro, Susana, Mariano, Inés o Ximo, que ofrecen en sus programas electorales lo
que quieran oír sus manipulados votantes,
aunque sus líderes estén acusados de
corruptos y otros pocos son ya ilustres huéspedes invitados con gastos pagados en cárceles
regeneradoras. Son los que se quedan abandonados en las autopistas los fines de
semana por la nieve estando anunciada borrasca. Aunque las autoridades de tráfico
ignoren que en invierno suele nevar en zonas altas y que son los agentes los provocadores del colapso y el ministro culpe a
los conductores. A la DGT se le ha ocurrido
obligar a llevar un kit que solucionará los problemas más exotéricos,
aunque para su manejo haya que pasar un examen.
Pertenecen a este colectivo también los civiles que se atiborran de
programas especiales de televisión seleccionados
para reducir el coeficiente intelectual
de los espectadores. Son los que odian a los catalanes porque se les ha
ocurrido votar lo que quieren ser en el futuro. Son también civiles los que opinan que los vascos gozan del privilegio del Concierto Económico
que les permite pagar impuestos más reducidos y gestionarlos por ellos mismos,
lo que les permite disfrutar de un nivel
de vida superior y que es financiado a
costa de los demás patriotas. Equivalen a las Dos Españas que proclamó Antonio Machado y lo denunció en forma
literaria en su poema: “Españolito que vienes al mundo…”
2 comentarios:
Qué no contamos?. Javier creo que contamos y muchísimo, si no contáramos como ovejas del rebaño de lo civil, como se iban a alimentar estos pastores del rebaño público que no pace esas prometidas "raíces vigorosas"?, de dónde iban a "sacar para tanto destacar"?
Salvo alguna oveja cabreada porque le han dejado mas seca que la mojama y sus lamentos se pierden como en el desierto del Mojave o del Sáhara, todos las demás están "dopadas" con promesas que nunca se cumplen y siguen siendo trasquiladas día a día, tan sólo un débil y monótono Beeeeeee!!se oye así como quien no quiere la cosa, más que nada porque nos lo han inoculado en el ADN durante décadas, o más bien durante siglos.
En fin, estimado Javier, contamos y mucho...somos imprescindibles para que los NO civiles sigan en el tren, en su tren de vida.
Saludos!!!
Claro, tienes toda la razón, pues si no es gracias a nosotros, los civiles, los otros tienen todos los chollos y viven rompiendoseles el culo de risa al vernos tan sumisos y miedosos. A mi, sin embargo, no me gace ninguna gracia, más bien me surge la rabia. También a ti, Iris, lo sé porque no creo que las injusticias las soportes como las ovejitas. Que pases un buen fin de semana, Iris.
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