SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DESDE LA RAIZ
Preguntaba una persona en la tele a un experto de una
agencia de consumidores la razón por la que era tan cara la luz. Existen
programas de captación de fondos populares para ayudar a ONGs de todo el mundo
que se dedican a tareas nobles como la sanidad en países subdesarrollados o las
colectas de fondos para la lucha contra el cáncer u otras enfermedades graves,
y un sinfín de proyectos para la lucha contra el hambre o la actuación de
Cáritas cuyo objetivo es solucionar los problemas derivados de la crisis. Todos
estos proyectos encierran una perversión, pues esconden una realidad que consiste
en apelar a los naturales sentimientos generosos de la población para recaudar
fondos que en realidad son siempre muy escasos, pues la captación está en
función de la actitud de los donantes, aunque las necesidades son de una
magnitud que no puede ser atendidas por la mayor o menor eficacia de las
campañas publicitarias de prensa que acompañan siempre a las colectas. Pedir
consejo a un experto para reducir el consumo de luz no deja de ser un brindis
al sol: lo que habría que analizar el la razón por la que el Gobierno no puede
controlar a las eléctricas a pesar de
toda la legislación existente. Las muy
loables campañas de las ONGs para luchar contra enfermedades en zonas remotas
no pueden ser atendidas por donativos privados. Cáritas está contribuyendo a
perpetuar y a adormecer la conciencia ciudadana, pues capta fondos que
provienen de ciudadanos privados para entregarlo a pobres y marginados. Todos
estos signos de solidaridad que se extienden por todo el mundo están
sustituyendo a la acción de las instituciones estatales y mundiales cuyo
objetivo debería ser la lucha eficaz contra los signos de pobreza de la
sociedad, aportando sus fondos procedentes de los impuestos que pagan todos los
ciudadanos. Cáritas debería ser un dinamizador de la conciencia colectiva para
que la ciudadanía exija y denuncie a los gobiernos para que atiendan a los que
no tienen medios. La capacidad de ahorro de energía por medios de eficacia
energética están bien, pero el problema es que la Administración se plante ante
las eléctricas y les obligue a cumplir las tarifas y para que las industrias puedan absorber su
coste en el precio. Mientras, el paternalismo y el populismo que tanta
influencia tienen sobre las colectividades sin conciencia ni formación, serán
cataplasmas que mantendrán a la población en un cuento de Alice in Wonderland.
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