jueves, 6 de junio de 2024

A LA ATENCION DE ECONOMISTAS Y POLITICOS

 

  A LA ATENCIÓN DE ECONOMISTAS Y POLITICOS

El BCE es  la defensa que mantiene la barrera de contención que separa a los poderosos de las masas que  venden su fuerza a cambio de  su trabajo. No es, pues  un rayo vengador enemigo de los empresarios. En su  reciente informe anual  publicado  se evidencia  que los salarios no  son el origen de la inflación como  argumento para   justificar la  implantación de   controles  de  salarios  para frenarla. .Históricamente gran parte  de  economistas de organismos oficiales e incluso premios Nobel de economía  han mantenido ese criterio de la causa de  la inflación como un dogma y así se ha considerado  en las facultades de Económicas. Según el  BCE  en los  últimos años  se constata que los beneficios   han pasado de suponer la tercera parte del precio, a  la mitad. Es decir, los beneficios son  el factor  que provoca la inflación,  no  los salarios. Realmente éstos son la retribución al esfuerzo de los trabajadores  para producir bienes para  los empresarios que los venden con un elevado beneficio.  Ello  supone la ruptura de una ley económica tan evidente como la de la gravedad en la física. Es un cambio radical  del paradigma que explica  que beneficia al empresario como se  comprueba en los balances empresariales. La inflación, en cambio,  perjudica a los trabajadores  que tienen que soportar los controles salariales   o despidos de los  excedentes.. La conclusión del BCE no es sólo una opinión, sino que coincide con  algunos economistas  iconoclastas que  ya  demostraron  que la inflación beneficiaba a los poderosos . Por otra parte los incrementos de  salarios  acompañados de aumentos de la productividad  es el fundamento de las políticas  de rentas que  dinamizan  la demanda interna  y la actividad empresarial, por tanto  es un factor beneficioso para  la economía.


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