A BUENAS HORAS…
El Gobierno Vasco parece que se ha despertado de repente y ha descubierto que la tasa de reproducción en la CAPV es de 1,28 hjios por mujer. Como si el fenómeno no viniera generándose desde hace muchos años. Pero nuestras autoridades siempre lo han considerado un asunto privado de las parejas. Ahora que la situación es acuciante se propone afrontarlo desde la economía, ignorando la demografía. La diferencia respecto a la actuación de owtros países desarrollados radica en que las políticas de fomento de la natalidad aquí está en activo desde hace poco tiempo y a medida que los datos son preocupantes se han limitado a parches porque nuestros políticos son poco imaginativos. En cambio en los que tienen visión de futuro y son asesorados por expertos han logrado tasas de reproducción sostenibles invirtiéndose la tendencia catastrofista que venía anunciándose. Al GV le parecía que la demografía era una ciencia especulativa, confiando que cada pareja solucionara por sus propios medios, con ayudas insultantes, imposibles de ser incentivo suficiente para animarles a tener hijos más allá de la satisfacción personal de crear vida. Ahora el GV ha establecido planes económicos para estimularla, pero se sigue con la mentalidad de sociedad subdesarrollada que no ha entendido todavía que son otros estímulos a promover más allá de las ayudas económicas o ventajas fiscales para que los hijos no sean una carga, pues requiere recuperar los valores humanos derivados de la satisfacción de tener descendencia, pues costaría entender que se tuvieran hijos sólo por estímulos materiales. Es necesario potenciar la satisfacción de crear familias fecundas y felices en todos los órdenes y no sean sólo los materiales como la comodidad, el egoísmo o el individualismo.. Las sociedades desarrolladas europeas han elevado el rol de los hijos en la familia como centro difusor de valores que han sido patrimonio tradicional de los vascos... Pero quizá nuestros políticos confundan demografía con economía.
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