martes, 21 de junio de 2022

A BUENAS HORAS...

  A BUENAS HORAS…

El Gobierno Vasco parece que se ha despertado de repente y ha descubierto que la tasa de reproducción en la CAPV  es de 1,28  hjios  por mujer. Como  si el fenómeno  no viniera  generándose  desde hace muchos años. Pero nuestras autoridades  siempre  lo  han considerado un asunto privado de las parejas. Ahora que la situación es acuciante se propone afrontarlo desde la economía, ignorando la  demografía. La diferencia  respecto  a la actuación de owtros países desarrollados radica en  que las políticas de fomento de la natalidad aquí  está en activo  desde hace poco tiempo y a medida que los datos son  preocupantes se han limitado a  parches porque nuestros políticos son poco imaginativos.  En cambio en los que tienen  visión de futuro y son  asesorados por expertos   han logrado tasas de reproducción sostenibles  invirtiéndose  la tendencia  catastrofista que venía anunciándose. Al GV le parecía  que la demografía era una ciencia  especulativa, confiando que cada pareja  solucionara  por  sus propios medios,  con ayudas insultantes,  imposibles de ser incentivo suficiente para animarles a tener hijos más allá de la satisfacción personal  de crear vida. Ahora el GV  ha establecido  planes económicos  para  estimularla, pero se sigue con la mentalidad de  sociedad subdesarrollada que no ha entendido todavía  que son otros estímulos a promover más allá de las ayudas  económicas o ventajas fiscales para que los hijos no sean una carga, pues   requiere recuperar   los valores humanos  derivados de la satisfacción  de tener descendencia, pues costaría entender  que se tuvieran hijos sólo por  estímulos materiales. Es  necesario  potenciar la satisfacción de crear   familias fecundas y felices en todos los órdenes y no sean sólo  los  materiales como la comodidad,   el   egoísmo  o el  individualismo.. Las sociedades desarrolladas europeas han elevado el rol de los hijos en  la familia como  centro  difusor de valores que han sido   patrimonio  tradicional  de los vascos... Pero quizá nuestros políticos confundan  demografía con economía.


 

 

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