FUTBOL: DEPORTE DE MASAS SIN MASAS.
El coronavirus ha provocado la ruina repentina del medio de controlar a las masas, pues se prohíbe la asistencia a los campos por el riego de contagio. Se pretende potenciar el espectáculo a través de la televisión, pero lo que mantiene controladas a las masas es el efecto rebaño, pues así se exaltan las pasiones políticas que provocan los colores del equipo que lo componen jugadores mercenarios de todas las procedencias que poseen el carisma de ese arte a los que unos directivos astutos apoyados por federaciones nacionales y mundiales encumbran a la fama y son contratados por cifras de escándalo según el mercado, como si fueran mercaderías. Así es que la mayoría de los equipos punteros mundiales fichan futbolistas que ignoran el idioma del país y que los clubs incentivan supuestos valores patrióticos para manipular a las aficiones a través de los medios de difusión que, junto con políticos a los que interesa manejan las masas, son los que mantienen el espectáculo al que se ha otorgado categoría estratégica, tanto nacional como internacional. El futbol vasco, que fue pionero, se nutrió de jugadores de la cantera, lo que aportó un tono local y patriótico, cuando acudir al campo era el sustituto de los partidos políticos, pero con las libertades formales las hinchadas las componen peñas de juerga y charangas, con bocadillo y bebida abundante y relegando la faceta deportiva sólo a ganar o perder. Esa visión patriótica la intentó implantar el futbol español, pero otras prioridades más prosaícas se impusieron, resultando imposible compatibilizarlas en competiciones internacionales.. Así es que el futbol vasco también ha sucumbido a la dinámica española y se ha plegado a fichar genios en las antípodas.. Salvo el caso del Athletic que se surte con dificultad de jugadores vascos de otros equipos y tiene que compatibilizar la ya exigua cantera y contratar a jugadores “de los alrededores, pero formados en Lezama”. Aunque ello exija tener que despedir al entrenador cuando fallan los resultados.
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