SOLUCIÓN: CARGARSE AL ENTRENADOR.
Qué poca originalidad: cuando las cosas van mal y se está en riesgo de bajar a segunda, la solución es cambiar de entrenador, nunca es culpa de los jugadores y menos de la directiva. Y si se trata de temas tan frívolos como el futbol sirve de alpiste para alimentar a la gleba. Pero la pandemia ya ha empezado a afectar la continuidad de los responsables de las estadísticas, como si Nekane Murga hubiera sido la culpable de los desastres diarios que mostraban los datos que se publicaban y por eso se la han cargado y la Sagardui la que los fuera a solucionar .La realidad es terca: no se sale del alto nivel de riesgo a pesar de los sacrificios que se impone a la ciudadanía. Ahora le toca a Fernando Simón: ya han empezado los medios a entonarle el dies irae y será el próximo a derribar. Este sistema político de escurrir el bulto es perverso: se destituye a quienes mantienen principios éticos a pesar de las críticas. Los políticos sotto voche entre ellos dicen: “a alguien habrá que culpabilizar”. Todos los que acceden a la política saben con certeza que su cargo está siempre condicionado a las estadísticas y que actuará de cortafuegos para evitar que se abrasen los que realmente son los responsables. Porque, además, los problemas están a la vista si realmente se quieren solucionar: contratar el personal sanitario necesario para que los que están al pie del cañón puedan realizar su trabajo de acuerdo con las normas y necesidades de su profesión y que dispongan del descanso imprescindible, pues la gente cansada y con la moral baja no es válida. Tienen que disponer de equipos e instalaciones adecuados. Hay que eliminar los privilegios de la sanidad privada y unificarla con la pública a todos los efectos. Es indignante plantear problemas presupuestarios cuando peligra la vida, lo demás carece de valor. Si es necesario hay que endeudarse e imponer tributos de emergencias como se hace con toda la naturalidad en los estados de guerra para apoyar aventuras militares. Y un consejo a quienes basan sus análisis en tanteos de ensayo-error: infórmense en China, Cuba o Corea que, como es evidente, saben mucho porque han colaborado desde hace muchos años en salvar multitud de vidas en zonas epidémicas pobres. Aunque sean comunistas, que el virus no distingue ideologías . Olvídense de Alemania, Gran Bretaña, Francia EEUU o la OMS; que no solucionan ni la tragedia de los emigrantes en el Mediterraneo.
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