lunes, 30 de mayo de 2016

PABLO IBAR SALE DEL CORREDOR DE LA MUERTE



PABLO IBAR SALE DEL CORREDOR DE LA MUERTE
Después de 15 años de suplicio en el corredor de la muerte, los ejemplares jueces de EEUU han decidido anular el juicio lleno de irregularidades y pruebas inconsistentes en el que se condenó a muerte a Pablo Ibar, de origen vasco. Se le someterá a nuevo juicio, pero ahora con la fundada esperanza de lograr su absolución, pues se contará con un equipo de abogados defensores de máximo prestigio, dado que es de general conocimiento que la clave para obtener la absolución judicial es disponer de fortuna. En ese sentido sus familiares se han preocupado de conseguirlo procedente de diferentes  orígenes,  entre ellos el Gobierno Vasco. No es así para  el caso de los presos pobres, pues, además de serlo, son condenados por sistema. Afirman las crónicas que si Ibar sale absuelto, recibiría 100 US $ y un billete para viajar a donde desee. Nada de ofrecer disculpas por el cruel  error que se ha cometido, ni  indemnización alguna por los daños y perjuicios irreversibles a los que se le ha sometido. Esa es la imparcialidad de la que alardean los defensores del sistema judicial anglosajón como icono  ejemplar para el mundo occidental. En realidad la justicia de los “gringos” es la aplicación de la “ley del talión”, derivada de una legislación de la que la misma sentencia indistintamente  pueda ser absolutoria o condenatoria, lo  que justifican con tecnicismos jurídicos el principio de venganza: “el que la hace la paga”. Aunque con excepciones notables si se dispone de medios  para contratar a los abogados estrella que a cambio de minutas siderales garantizan la impunidad y libran de penas a delincuentes confesos.  Ventajas que no disfrutan negros, hispanos y otros seres humanos inferiores por no poseer patrimonio, aunque su delitos sea saltar la valla protectora fronteriza que separa la miseria de la opulencia. Todo bajo la dirección de los todopoderosos y justos   jueces en  shows como  en las películas impartiendo sentencias plenas de imaginación, con una visión entre paternalista y sobrenatural de seres superiores que deciden sobre vidas y haciendas de los demás  humanos que tienen la desgracia de ser juzgados ante un tribunal en el Alice in Wonderland. Claro que si el caso hubiera estado en manos de jueces de nuestra Audiencia Nacional,  Pablo llevaría años criando malvas. Bienvenido  al mundo de los vivos.


1 comentario:

Fede dijo...

Una pequeña corrección, si me la permites, amigo Javier. El mundo "anglosajón" es mucho más que los Estados Unidos de América.