martes, 5 de mayo de 2015

CATALUNYA: ACOGEDORA Y EUROPEA



CATALUYNYA: ACOGEDORA Y EUROPEA
He tenido el placer de conocer recientemente con cierta profundidad esta maravillosa tierra y debo manifestar que me han acogido con gran afecto. Me ha tratado con  cordialidad, especialmente  cuando conocían que soy vasco. Llego a la conclusión de que es una población bien estructurada, respetuosa y amable con los visitantes, siempre dispuestos a hablarme en castellano cuando les informaba que no hablaba su idioma. Resalta su  alto nivel cultural y la naturalidad con la que expresan su voluntad de negociar con el Estado para autodeterminarse democráticamente, lo cual construye un valor difícilmente cuestionable a pesar de la presión de los medios de comunicación y las instituciones españolas que se valen de todos los medios para evitar su decisión de celebrar un referéndum para decidir como  pueblo que defiende su identidad diferenciada. Respecto a su actividad económica, no cabe duda  de que tienen un nivel equiparable al de los países más desarrollados  de Europa. Es de resaltar su serenidad ante las argucias  de Madrid, lo que asegura que tarde o temprano  llegarán a negociar en igualdad de condiciones los términos para  formar un Estado más dentro de la Comunidad Europea.. Realmente al entrar en Catalunya  se tiene la sensación de que es Europa, tanto por el estilo, por  la manera de desenvolverse y la personalidad con la que actúan en todo momento, como especialmente con el trato con los visitantes. Destaca la naturalidad  y capacidad argumental con la que explican a quien se interesa sin prejuicios por conocer sus criterios sobre el proyecto político en el que toda la población participa  y en el que han depositado tanta  ilusión. El gobierno central debería ser capaz de entender que la conciencia que ha adquirido el pueblo catalán en busca de su identidad es imparable y que sería una muestra de inteligencia iniciar  negociaciones justas y equitativas para dar una solución racional a su decisión inquebrantable de formar una nación si así lo decide su población libremente. Sería impensable cualquier medida de fuerza que se tome para “solucionar” lo que  es un derecho al que nunca renunciaran los catalanes.


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