miércoles, 23 de abril de 2014

DEFENSA NUMANTINA



DEFENSA NUMANTINA.
Ante el desprestigio general de la población, los políticos, los jueces,  militares y policías y gente que vive del presupuesto, es un espectáculo  examinar sus argumentos para defender sus status privilegiados. Cuando se ven obligados a responder ante las críticas suelen empezar manifestando que comprenden el enojo de la `población porque la crisis les ha afectado. Pero pronto hallan argumentos en su defensa: unos son  generales y otros específicos, según su caso concreto. La disculpa general suele ser el desconocimiento de los ciudadanos del  sacrificio que hacen  por ellos. Otra  es la vocación de servicio que les mueve para dedicarse a la función pública.. A veces afirman que  pasar de sus profesiones privadas a la actividad pública les lleva a la perdida económica y posición social por su afán de servicio a la comunidad. Enfatizan contra toda corrupción, afirmando que ante la menor sospecha,  que dimitiría de inmediato por dignidad y por responder a la confianza que se ha depositado en él.. Los argumentos específicos suelen resultar unas veces cómicos y otras irritantes: los jueces afirman que ejercen la justicia como una vocación y pasión que para ellos  es un valor objetivo y la base del sistema democrático. Que es un axioma que todos somos iguales ante la ley. La policía justifica su existencia porque su afán de servicio les lleva a los sacrificios que sean necesarios en pos de la paz y seguridad de la ciudadanía. Que están siempre dispuestos incluso hasta a dar la vida por la paz y la democracia. Ensalzan que su preparación técnica es tan compleja, que les exige una alta cualificación en psicología. Argumentan su capacidad y preparación para  solucionar situaciones inesperadas, lo que les obliga a permanecer en  vigilancia. Los argumentos específicos  de los políticos vienen condicionados por el nivel en el que ejercen: si están en Las Cortes, si en las Comunidades o, si son concejales. Todos ellos, además, según sean o no elegidos o puestos a dedo. Afirman que los casos de corrupción en la política son infrecuentes, aunque los medios les dan excesiva publicidad. Que en todos los países se da y que ellos son los primeros en condenarla. Realmente tienen mérito su voluntad inquebrantable de querer justificar lo injustificable para mantenerse en sus cargos y para  hacer declaraciones grandilocuentes de condena de la corrupción, con la ironía de que al cabo de poco aparezcan evidencias de que chapotea en las ciénagas putrefactas en las que tan felices se sienten. Se atribuye a Woody Allen la frase: “La ignorancia es temporal, la estupidez es para siempre”

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