viernes, 26 de abril de 2013

TELEVISION 13



Televisión 13
Un amigo ejemplar en todos los sentidos, creyente en una fe basada  en los evangelios, me contaba que cuando quiere divertirse suele poner Intereconomía y Televisión 13 por las grotescas y las descerebradas intervenciones de los conspicuos y casposos contertulios que rayan en verdaderos sainetes para regocijo de los que son capaces de pensar con el cerebro y no con  los intestinos.
 En Televisión 13, en la intervención del director de una tertulia hizo un elogio   empalagoso de la Conferencia Episcopal Española. Mi amigo Javi se extrañó, por lo que investigó sobre quiénes eran los propietarios de la misma, comprobando para su sorpresa que dicha Conferencia Episcopal  había suscrito el 51% de capital y por eso supervisan la gestión y su contenido ideológico. Se sintió decepcionado una vez más con la jerarquía porque la ideología de aquellos contertulios de la caverna fuera aceptada y apoyada por los obispos con generosos fondos que provienen de los presupuestos del Estado, de aportaciones de los fieles que se consideran corresponsables de su iglesia, y de su propio patrimonio. Que de ninguna manera se sentía representado por dicha Conferencia al tomar opciones temporales  de extrema derecha y pretendan que sea considerada su opinión como la oficial de la Iglesia. Era una incongruencia más de unos jerarcas que, a pesar de que son rechazados por la sociedad en general y en particular por los ya escasos creyentes comprometidos, siguen empecinados en querer imponer una línea ideológica retrógrada. Claro, pensó: qué se puede esperar del Presidente Rouco Varela, del Primado, Antonio Cañizares o del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig-Plà, quien considera a los homosexuales enfermos, o al Secretario General y Portavoz Oficial, Monseñor Martinez –Camino, cuya misión es lidiar en las conferencias de prensa ante los periodistas, para argumentar sobre opiniones y decisiones de la Conferencia. Puntos vista y criterios que hacen sonrojar a los seglares que se consideran miembros activos de la Iglesia,  que rechazan radicalmente esas opiniones y decisiones que no tienen otra base ideológica que el afán de mantener y acrecentar su menguada influencia en la vida social del país. Precisamente, ante la opinión generalizada entre la ciudadanía de que debería ser denunciado el Concordato con la Santa Sede, por tanto, que no se continuara la financiación de la Iglesia por la vía de los presupuestos, Rouco Varela, con  actitud soberbia  y desafiante respondió, como queriendo hacer chantaje ante las cámaras, que sin esa financiación la acción generosa de Cáritas no podría continuar, con el perjuicio para la población que ello comportaría. Me comentaba con mala uva que había tomado la decisión de poner siempre dicha cadena para conocer las tonterías que se dijeran y divulgarlas en público para ridiculizarlas y descubrir el carácter sectario de la jerarquía, que quiere imponer a los creyentes como dogma de fe lo que son exclusivamente criterios muy discutibles. 

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