miércoles, 18 de septiembre de 2024

EL LENGUAJE DE LOS POETAS

EL LENGUAJE DE LOS POETAS La facultad que más racionaliza al ser humano es la de comunicarse con sus semejantes, al margen de otros talentos filosóficos que le convierten en el rey de la Creación. Es el lenguaje, en sus diferentes expresiones lo que nos humaniza. El oral es el más elemental y lo posee la casi totalidad de la humanidad. Nos relaciona con los demás tal como nos lo demanda la inmediatez, desarrolla la vida comunitaria de manera espontánea y cubre las necesidades vitales. Aunque las palabras “se las lleva el viento” y eso también es positivo, pues se olvidan; no podríamos supervivir si recordáramos todo lo hablado. El lenguaje nos convierte en miembros del mundo afectivo, del conocimiento , transmitir deseos para ejercer el dominio sobre la naturaleza. Se dice que antes de hacer la guerra hay que dialogar. Pero con la voluntad de solucionar, no provocar con las palabras. para dominar y ponerlas al servicio del ser humano. Aunque también sirve para comunicar sentimientos negativos o dolor. Después viene la escritura.. No todos la conocen y pocos la dominan. Su utilidad trasciende a la mera comunicación, pues y sirve de transmisor más allá de la simple información. Además, dejar constancia de ideas que van a ser valoradas en otras épocas o lugares para transmitir lo que requiere ser analizado en otras circunstancias. Se usa después de dar forma a las ideas de manera ordenada para expresar un efecto en quien lo lea. Tiene la ventaja sobre el oral que lo escrito no se lo lleva el viento, queda testimonio para bien o para mal, pues, además, puede escribirse lo que se hable o excluyendo lo que no se desee. Pero el lenguaje por excelencia es el de los poetas: es muy complejo y por eso lo utilizan pocos y menos los que lo dominan. El poeta transita por los otros lenguajes sucesivamente. La poesía solo la utilizan los que son capaces de manejar el silencio o la elipsis en función de su voluntad y deja al lector a expensas de lo que quiere hacer significar una única palabra con un determinado significado según insinúa el poeta. No escribe para nadie, sólo para él, para expresar lo que siente o desea en un momento de inspiración que es capaz de expresarlo con palabras o silencios con diferente significado a pesar de que sean repetidas, pero según el tono y la inspiración. J

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