miércoles, 21 de junio de 2023

Y AHORA, QUÉ, SEÑORES JUECES?

  Y AHORA, QUÉ, SEÑORES JUECES?

Si, quién va a compensar los 20 años que se ha pasado Kathleen Folbigg en la cárcel por haber sido sentenciada por asesinato de sus  tres  hijos  suyos  y ahora,  gracias a la presión mundial el fiscal general de Nueva Gales del Sur, Mchael Daley,  reconoce   que “existen dudas razonables” sobre su culpabilidad. Pero nada de asumir la  responsabilidad por su error o impericia.  Ya puede indemnizársele con fondos del gobierno australiano y  no  tenga  repercusión  patrimonial o en su carrera profesional  para quien  ha tardado 20 años en rectificar una sentencia que ha supuesto una muerte en vida. Así es la justicia administrada por profesionales soberbios.  Conviene no entrar en la semántica argumental  y  razones que maneja la justicia  para salir airosos al  justificar  un error, pues entre las  habilidades  que adquieren en el ejercicio de su profesión  está obviar  los errores que comenten  por ignorancia o   las contradicciones de las  propias leyes  y que al final, es  el juez  que lo  ha  sentenciado  quien  argumenta  `para justificar el cambio  y la rectificación sea considerada lógica por la ciudadanía como argumento filosófico  de que justicia siempre triunfa, incluso cuando se equivoca o manipula. En este caso el  drama acontece en un tribunal de Australia, pero el   auténtico   triunfo de la justicia  tiene lugar  en  los tribunales españoles cuyos jueces  dominan este  arte  a fuerza de  revocaciones de sus sentencias  que les infligen    los tribunales de justicia de la UE a pesar de que   es de general  conocimiento  que los jueces españoles se consideran   los mejores  del mundo. La justicia australiana debería informarse de sus colegas españoles para aprender a  salir airosos en  los casos  de error o cuando  los tribunales europeos rechacen recursos a  sentencias de jueces españoles. “.Una cosa no es justa por ser ley, debe ser ley porque es justa”. Montesquieu

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