EL RACISMO Y VINICIUS
Qué duda cabe que España es un país racista, como lo es Francia, Inglaterra, Holanda o EEUU. Pero si aquí se mezcla con el sadismo de la gleba contra quienes poseen alguna aptitud excepcional que les hace sentir sus miserias, estamos ante una tormenta perfecta para provocar un conflicto como el que se ha producido en Valencia en un partido de futbol en el que ocultos por la multitud, un grupo de energúmenos han proferido insultos racistas contra Vinicius, un futbolista brasileño de fama internacional de raza negra del Real Madrid y que se ha enfrentado a ellos en su propia defensa. A consecuencia del cual el árbitro expulsó al jugador, lo que encendió aun más los ánimos. El conflicto fue creciendo a nivel nacional porque al racismo se añadía que Vinicius es un crack del futbol a nivel mundial, dado que se ha convertido en un asunto de estado en muchos países entre ellos España. De tal forma que el prestigioso Presidente del Brasil, Lula da Silva, participante en la cumbre del G7 en su intervención hizo una introducción diciendo: “Espero que la FIFA y la Liga española tomen medidas para que no permitamos que el racismo y el fascismo se apoderen del deporte”. Es decir, el problema trasciende de lo deportivo y se ha convertido en materia que tiene su impacto en uno de foros políticos más significativos del mundo. Los españoles, “que condenan el racismo” y que al afirmarlo demuestran que lo son, ya han surgido los debates más agrios, porque se acusa al joven futbolista, enriquecido súbitamente, con lo que ello supone,, de provocador al enfrentarse al público que le insultaba. Además de los moralistas que tienen que nadar y guardar la ropa, pues no en balde es una estrella del Real Madrid, el “Club de España” y además ha trascendido al máximo nivel político porque Vinicius es del Brasil, una potencia mundial cuyo prestigioso presidente ha salido en defensa de un ciudadano víctima del racismo.
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