martes, 5 de septiembre de 2017

SI AL RESCATE DE LA BANCA, NO AL DE LA NAVAL



 SI AL RESCATE DE  LA BANCA, NO AL DE  LA  NAVAL
En declaraciones a la prensa, el Lehendakari Urkullu se ha mostrado preocupado por la situación legal  de Concurso de Acreedores de La Naval.  Eufemismo con el que se dulcifica la  quiebra. .Pero advierte que no habrá fondos públicos para remontar su situación. Afirma que tiene carga de trabajo para varios años y que se trata de una empresa estratégica.. Se pone la venda antes que la herida porque teme la reacción de Bruselas.o que acusen al Gobierno Vasco desde Madrid de no vigilar  la gestión de la dirección  que le ha llevado a la crisis. No puede haber fondos públicos para salvar una empresa emblemática en muchos aspectos y  llevará a más de 1800 familias al paro, con los efectos inducidos para todo Sestao y su hinterland. No hay  50 millones de € para salvar una situación temporal de desajuste financiero producto de una deficiente gestión directiva, pero si  hay  miles de millones € de fondos públicos para rescatar al sector financiero, entidades que con su impericia, errores y despilfarro han provocado la crisis económica y social más grave de la historia. Los puristas rechazan de plano las ayudas con fondos públicos a empresas  porque contraviene el principio de la competencia perfecta, pero Francia, Alemania y Holanda lo hacen y  en Bruselas se ignora, pero a los países periféricos,  ni agua. Aplicación rigurosa de  la ley: nada de fondos públicos, proclaman, pero la manguera  abierta para los gallos. Aunque las empresas son legalmente propiedad de sus accionistas, algo tendrán que decir los trabajadores  que  son quienes  con su esfuerzo hacen que progresen, por tanto, con derecho a  conocer e investigar las consecuencias de la impericia de sus gestores.. La Naval es  estandarte de una prestigiosa historia de los vascos  pioneros  en toda  la actividad marítima: desde la pesca, el transporte realizado por empresas navieras en sus  barcos tripulados por expertos marinos  que nos han dado prestigio mundial.  Hasta el importante sector de  astilleros, cuyo último símbolo es La Naval.. Es una falsa disquisición negar ayudas públicas a empresas porque lo prohibe Bruselas, pues parece que esa limitación depende de la capacidad de presión de cada país.. Ayudar temporalmente a La Naval,  empresa emblemática que posee un alto nivel tecnológico acreditado por las sofisticadas unidades construidas   y por los que tiene en proceso en sus gradas,  no puede ser despachado con el argumento simplista  de considerarse ayudas de estado. Ese criterio  férreo neoliberal, aplicado sin matices puede ser ejemplificador, pero  también llevar a la desaparición de un astillero altamente tecnificado que los técnicos de Bruselas no saben evaluar porque no son bancos ni multinacionales que son los que  manejan  la UE. Es humillante que toda la rica  historia marítima de un pueblo tan vinculado al mar como el vasco  quede relegado a museos navales y otros espectáculos puramente folclóricos que ignoran  nuestra prestigiosa historia marítima. Lógicamente, si se otorgaran ayudas públicas, ello exigiría analizar las causas que han motivado esta situación de crisis, además implantar un plan riguroso y eficaz  de reestructuración,   vigilado por expertos. Menos gigantismo, como la Supersur, la Feria de Muestras o San Mamés  Berria y más eficacia al manejar fondos públicos.



1 comentario:

IRIS dijo...

Al parecer, la mala gestión de La Naval ha potenciado que sea ya un cadáver y esperan que algún "buitre" pueda aprovechar los despojos.
Lo siento por los trabajadores y por el fin de una empresa, que tenía todo para aspirar a ser una de las mejores del mundo mundial, del P.Vasco.