SI AL RESCATE DE LA BANCA, NO AL DE LA
NAVAL
En declaraciones a la prensa,
el Lehendakari Urkullu se ha mostrado preocupado por la situación legal de Concurso de Acreedores de La Naval. Eufemismo con el que se dulcifica la quiebra. .Pero advierte que no habrá fondos
públicos para remontar su situación. Afirma que tiene carga de trabajo para
varios años y que se trata de una empresa estratégica.. Se pone la venda antes que
la herida porque teme la reacción de Bruselas.o que acusen al Gobierno Vasco desde
Madrid de no vigilar la gestión de la
dirección que le ha llevado a la crisis.
No puede haber fondos públicos para salvar una empresa emblemática en muchos
aspectos y llevará a más de 1800 familias
al paro, con los efectos inducidos para todo Sestao y su hinterland. No hay 50 millones de € para salvar una situación
temporal de desajuste financiero producto de una deficiente gestión directiva,
pero si hay miles de millones € de fondos públicos para
rescatar al sector financiero, entidades que con su impericia, errores y despilfarro
han provocado la crisis económica y social más grave de la historia. Los
puristas rechazan de plano las ayudas con fondos públicos a empresas porque contraviene el principio de la
competencia perfecta, pero Francia, Alemania y Holanda lo hacen y en Bruselas se ignora, pero a los países
periféricos, ni agua. Aplicación
rigurosa de la ley: nada de fondos
públicos, proclaman, pero la manguera
abierta para los gallos. Aunque las empresas son legalmente propiedad de
sus accionistas, algo tendrán que decir los trabajadores que son
quienes con su esfuerzo hacen que progresen,
por tanto, con derecho a conocer e investigar
las consecuencias de la impericia de sus gestores.. La Naval es estandarte de una prestigiosa historia de los
vascos pioneros en toda la actividad marítima: desde la pesca, el transporte
realizado por empresas navieras en sus
barcos tripulados por expertos marinos
que nos han dado prestigio mundial.
Hasta el importante sector de
astilleros, cuyo último símbolo es La Naval.. Es una falsa disquisición
negar ayudas públicas a empresas porque lo prohibe Bruselas, pues parece que
esa limitación depende de la capacidad de presión de cada país.. Ayudar
temporalmente a La Naval, empresa
emblemática que posee un alto nivel tecnológico acreditado por las sofisticadas
unidades construidas y por los que tiene en proceso en sus gradas, no puede ser despachado con el argumento
simplista de considerarse ayudas de
estado. Ese criterio férreo neoliberal,
aplicado sin matices puede ser ejemplificador, pero también llevar a la desaparición de un
astillero altamente tecnificado que los técnicos de Bruselas no saben evaluar
porque no son bancos ni multinacionales que son los que manejan
la UE. Es humillante que toda la rica
historia marítima de un pueblo tan vinculado al mar como el vasco quede relegado a museos navales y otros espectáculos
puramente folclóricos que ignoran nuestra
prestigiosa historia marítima. Lógicamente, si se otorgaran ayudas públicas,
ello exigiría analizar las causas que han motivado esta situación de crisis, además
implantar un plan riguroso y eficaz de
reestructuración, vigilado por expertos. Menos gigantismo, como
la Supersur, la Feria de Muestras o San Mamés
Berria y más eficacia al manejar fondos públicos.
1 comentario:
Al parecer, la mala gestión de La Naval ha potenciado que sea ya un cadáver y esperan que algún "buitre" pueda aprovechar los despojos.
Lo siento por los trabajadores y por el fin de una empresa, que tenía todo para aspirar a ser una de las mejores del mundo mundial, del P.Vasco.
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