LA REVERSION DE LAS
AUTOPISTAS
El ministro de Obras Públicas reconoce que el Estado deberá hacerse
cargo de varias autopistas no rentables. Expertos jurídicos del ministerio han declarado que no será un Rescate,
sino Reversión. Ah, bueno,-responde el cínico-,
eso quiere decir que no supondrá ningún coste para las arcas públicas. Menos
mal, pues entre ayudas a los bancos, a las eléctricas, gasistas y subvenciones a
todo el que venga con un proyecto que deslumbre a los expertos del ministerio y
convenza a los políticos, la deuda pública ya
supera el PIB. No, no se haga ilusiones- interviene el pesimista-, es
cuestión de semántica: el gobierno va a tener que pagar más de 5.000 millones a
los concesionarios, aunque sin tener claro si en concepto de rescate o reversión. Como en el Proyecto Castor? Ah, la
semántica: qué importante es descubrirla para utilizarla, pues no es lo mismo
jurídicamente ambos conceptos. Y qué es más conveniente, que sea una u otra figura
a efectos de pago? El ministro responde en su comparecencia ante la prensa para
explicar el “marrón”: la reversión es una figura jurídica que se contempla en
la ley de Contratos del Estado por la que en determinadas circunstancias el
gobierno debe garantizar los servicios públicos ante la imposibilidad de que lo
hagan los adjudicatarios. No cumplirlo incurriría en responsabilidad ante los
tribunales. Y el rescate? También tendría que salir el gobierno a salvar a los
bancos o entidades que producen
servicios públicos esenciales?, pregunta un periodista recién salido de la
facultad. Ahí el ministro quiso dar una lección de derecho administrativo, pero
se metió en un jardín…, porque entre los periodistas presentes en la rueda de
prensa después del Consejo de Ministros en el que se acordó la reversión, uno de ellos tenía en su poder
los contratos firmados por las constructoras con el gobierno dando a conocer las cláusulas más sangrantes,
pues sólo contienen obligaciones para el
gobierno y ventajas obscenas para las
constructoras. El ministro, sudoroso, explicó que desconocía el importe que
tendría que pagar el gobierno, pero que ni mucho menos lo que aparecía en la
prensa. Además, el gobierno se guardaba una baza: después de rescatadas,
saldrían de nuevo a pública subasta para que los nuevos adjudicatarios plantearan
un plan milagroso de explotación para hacerlas viables. Los “nuevos”
adjudicatarios serán con seguridad los anteriores a los que se ha pagado la
reversión, ya sin pasivos, ahora tratando
de obtener beneficios imposibles con una red paralela de autovías gratuitas.
Con lo que volverán a tener que ser rescatadas (o revertidas) ad infinitum. Ese es el negocio de las concesionarias, no
explotarlas, sino construirlas y mangonear al gobierno al que tienen agarrado por …un contrato perverso. Como el
Mito de Sísifo: el objetivo es no
alcanzar nunca rentabilizarlas porque reventaría la burbuja de las autopistas
de peaje. Ya lo anunciaba ufano Aznar en la inauguración: “vamos a pasar a
España del siglo XIX al XXI” . Además de estadista, profeta.
3 comentarios:
Fíate de los profetas....siempre que profetizan buscan tener un jugosísimo beneficio y a las muestras proféticas me remito.
España es un gran festín para las empresas adjudicatarias ( entre otras) servidas por los conmilitones políticos y no les importan a quién le toca pagar el exquisito y abundante menú...siempre que a ellos, empresas y políticos, les salga gratis y además se lleven un tanto % de beneficio por tener la deferencia de asistir al evento.
En fin, apreciado Javier...España no ha pasado del s.XIX al XXI, como dice el ínclito Aznar...sino que está al albor de la Edad Media, sólo les falta firmar el
"Derecho de Pernada".
Y los ciudadanos...alelaos viendo del festín ni las migajas!!
Saludos!!!
Iris: En la Edad Media había más justicia social que ahora en España. El derecho de pernada hoy está vigente, aunque con formas más amables para no espantar. Derecho de pernada es el régimen laboral implantado por el PP. Derecho de pernada es salvar a los bancos del "marrón" de comparecer ante los tribunales serios, no los de jueces-colegis que están al teléfono esperando instrucciones de la autoridad competente a la hora de emitir sentencias para que los de la panda no se preocupen. Para eso ganaron la guerra y se aprovechan del botín al que tienen derecho los vencedores. Y los ciudadanos...? Qué ciudadanos: súbditos, Iris, súbditos, no te equivoques. No es cuestión de semántica...
Se agradecen tus sesudos comentarios llenos de enseñanza.
Estoy de acuerdo con Iris, Javier. Estamos más cerca de la Edad Media que del S XIX!. Ampl
iándose hoy en día más y más el vasallaje, con la acepción de: Vasallo: persona que se ponía al servicio de un señor feudal, el cual la protegía a cambio de unos determinados servicios.
Con el agravante de fallos actuales en la protección hacia los vasallos modernos. Es decir, fallos en la reversión de coberturas por contraprestaciones, con la excepción de los que entran por puertas giratorias. El resto de vasallos (o súbditos) cada vez más vigilados y con menos derechos…
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