COGÉRSELA CON PAPEL DE FUMAR
Cuando Podemos anunció que si llegaba a gobernar auditoria la deuda externa, muchos políticos que vieron que se descubrirían muchos
chanchullos al analizar su origen y si había partidas
que procedían de la corrupción. Ridiculizaron el plan asegurando que los acreedores nos paralizaría
la financiación externa y entraríamos en DEFAULT, que es el término técnico
para denominar la insolvencia. Convendría aclarar que el plan de Podemos no pasa
por impagarla, pero no parece tan descabellado analizarlas con detalle y si se descubre
malversación o partidas ilegítimas, no ajustadas a la ley y quien las ha
originado. Por otro lado, esos políticos tan exquisitos a la hora de exigir
atender los pagos de la deuda deberían saber que el DEFAULT no es algo tan
excepcional: países como Francia, Alemania, Portugal, Argentina entre los más solventes
actualmente han reestructurado sus deudas repetidas veces al considerarlas
impagables. Para ello se acordaron quitas con los acreedores, algunas de hasta
el 70%.
Las negociaciones para la reestructuración de la deuda son
un proceso entre partes y es lógico que
se alcancen acuerdos que permitan al
deudor plazos más dilatados de
vencimiento. Todo ello deberá ir acompañado de medidas internas que aseguren
que las propuestas puedan cumplirse, con las garantías suficientes para los
acreedores, pero que no colapsen la economía del deudor, pues en tal caso se
produciría la pérdida total para los acreedores. Llegar a convenios exigiría
pragmatismo para plantear las condiciones que se lograrán si los negociadores
son hábiles, flexibles y no dogmáticos. Conviene recordar que las leoninas
exigencias de reparaciones de guerra que se impusieron a Alemania en el Tratado de Versalles hirieron el orgullo
del pueblo alemán y fueron el origen del nazismo que encumbró a Hitler y provocó
la Segunda Guerra Mundial. Es evidente
que la deuda externa española actual es
impagable y si sigue creciendo al ritmo de los diez últimos años se convertirá
en la soga que nos ahorcará. Por ello, conviene evitar el orgullo nacional y reflexionar con inteligencia y realismo,
Quizá al pertenecer a la UE se nos facilitarían las condiciones.
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