LA ENDOGAMIA

 

LA ENDOGAMIA.

En  un artículo muy curioso el autor desarrollaba una tesis expresando la  extrañeza que le produce que los altos funcionarios  que dirigen la marcha del país, que son seleccionados en irracionales pruebas para sacar las durísimas oposiciones;  que a pesar de su  nivel de superdotados, se produce en  la administración  un cúmulo tal de errores y rectificaciones y  que  pone en duda si las calificaciones  obtenidas en  las oposiciones lo  fueron  en buena lid.  Señala que el origen de tanto desbarajuste   se debe al método de selección que se funda en la endogamia. Considera que parece inevitable, pues los titulares de altos cargos  tienden a dar una imagen de éxito social que arrastra a sus vástagos a la hora de decidir la profesión de la que van a vivir. La tendencia es  seguir esa ley de la endogamia  que  produce la continuidad  generacional que ha dado el  éxito a sus progenitores. Además, existe el factor corporativo que  facilita a  los hijos el acceso  al cuerpo  en el que  el familiar  cumple una función  decisiva. El general apoya al hijo para  ingresar  en el ejército; el abogado del estado  es quizá el jefe del presidente del tribunal examinador del hijo. El magistrado de Supremo tiene una hija brillante que quiere opositar a la profesión  del padre a quien admira.  El que  oposita a notarías, cuyo padre es notario, que z su vez participa en otro tribunal en el tiene otro compañero , también del cuerpo, cuyo  hijo está opositando al cuerpo.. Además,  está el factor ideológico, pues en  estos cuerpos elitistas hay que superar el riguroso examen de estirpe social de principios corporativos  adicionales no escritos.  Con estos funcionarios  que se  consideran  el “sostén del estado“   y que premian y castigan según sus códigos,  es con quienes la ciudadanía tiene que negociar  para desarrollar su actividad vital plena:  desde comprar un piso, matricular un coche,  estudios de  los hijos, ser enjuiciado por un alto   tribunal  nombrado por cuotas por el bipartidismo, o para  que el alcalde le favorezca en un contrato si  es amigo o del partido. A ver si alguien  elegido  democráticamente puede  esperar algo  de esta clase parasitaria.