Referéndum sobre las corridas de
toros en Karrantza.
En Karrantza la población ha
decidido democráticamente seguir celebrando corridas de toros. Los votos
favorables han superado por escaso margen a los que les parece que es crueldad
con los animales. Merece la pena felicitar con calor a aquella ciudadanía por haber decidido dirimir una controversia
con la eficaz arma del voto. Sin embargo los ganadores con tan escasa mayoría
deben administrar su triunfo con cautela, pues tienen enfrente a casi
otros tantos que les vigilan. Es el
riesgo de la democracia expresada por medio del voto, por eso hasta ahora no
nos la han permitido ejercer. Este referéndum autorizado por la superioridad se
refiere a un hecho menor, aunque es un buen ejercicio para acostumbrarnos a no
solucionar las discrepancias a estacazos, pues los políticos no nos lo
permitían votar. Sería bueno ejercitarse para tomar las decisiones mediante el
debate civilizado y corroborado después en las urnas. Así se ha hecho respecto
al sistema de recogida de basuras en Legazpi o en otros pueblos de Gipuzkoa y
está resultando que las cosas progresan, que los resultados de las votaciones son
aceptadas por todos y no se crean bandos
enfrentados. Lástima que sean autorizados sólo ante decisiones sin importancia
excesiva, pues habría que hacerlo en temas de mayor contenido. Por qué no en lo
relativo a decidir sobre la localización de una industria que contamina? O por
qué no consultar la construcción del TAV sólo porque lo impongan unos políticos que siguen los intereses de las
constructoras y no consideren los criterios de la mayoría de la población? Por
qué los que nos mandan autorizan las consultas populares si se trata de
cuestiones poco significativas, pero rechazan de plano que la población ejerza
su derecho como decidir sobre los
presupuestos generales, cambiar la legislación
sobre las hipotecas, sobre el aborto o rechazar que el gobierno regale a la
banca montañas de dinero que no tiene y
que para ello tiene que detraerlo de partidas como la enseñanza, la sanidad o
servicios sociales? Por qué no se le permite ejercer el derecho a la
autodeterminación? Es que los políticos no se fían del pueblo en decisiones
capitales porque es necio y toma decisiones erróneas? Quien decide qué el lo
bueno y qué lo malo? Como decía un filósofo: “El pueblo siempre está acertado,
aunque se equivoque” Por mucho que sepan
los políticos sobre un tema, por qué no ponerlo a debate delante de la
población y acepta democráticamente lo que manifieste el pueblo libremente?
Seguramente será porque el político no confía en la inteligencia de sus
electores, salvo cuando le votan a él,
entonces sí que aprecian sus valores.. Para los políticos la población es
inteligente por haberles votado, pero no
les parecen serlo a la hora de decidir sobre los asuntos importantes porque niegan que tengan capacidad y conocimientos. Un
consejo a los políticos: no infravaloren a la población, que ya se van dando
cuenta de que .sólo cuentan con ellos a la hora de meter la papeleta en la urna
y puede que despierte..
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