EL BLACK POWER Y LA FIFA

EL BLACK POWER Y LA FIFA Más allá de la dosis de frivolidad del futbol como fenómeno social, hay un mensaje crítico sociológico para los políticos que quieren ser el ejemplo del mundo, como Biden, Trump, Macron, Sunak , Milei, Boris Johnson o Netanyahu. Es la invasión masiva a la Europa blanca y civilizada a las selecciones nacionales de las razas “inferiores” en las que participan excepcionalmente algunos futbolistas nacionales, lo cual no supone ninguna humillación para la raza blanca es la superior, pues naufragos salvados por los barcos de rescate algunos son superdotados físicamente, capaces de imprimir un ritmo imposible para los nativos. Es imaginable el impacto moral en los grandes estadios oir a las selecciones pobladas de emigrantes entonar los himnos nacionales por jugadores asiáticos y africanos en las gargantas de los sucesores de quienes fueron sus esclavos capturados a lazo en el Golfo de Guinea por ilustres negreros traficando con carne humana. Una lección que muestra la tolerancia y educación cívica de los políticos cuyas selecciones son multirraciales y superiores en capacidad para competir con otras pobladas también de emigrantes que han desembarcado de pateras, muchos de ellos han quedado sepultados en el mar o perseguidos por las patrullas de la guardia civil y rescatados por barcos de salvamento por patrulleras italianas o las más contundentes de Marruecos o Libia. Pero los gobiernos desarrollados consideran el futbol internacional asunto de estado y los clubs y la RFEF vigilan los centros de internamiento de emigrantes que son realmente prisiones porque la minoría que apuntan maneras son federados y los clubs les contratan. Los demás son ilegalmente expulsados a sus países de origen. Los seleccionados por los clubs siguen la trayectoria de los que despuntan, les nacionalizan españoles y son exaltados por periodistas y cadenas que huelen el negocio y les lanzan a la fama como figuras míticas mientras consigan éxitos deportivos.