PATERNALISMO DE LOS OPERADORES ELECTRICOS.
Resulta enternecedor el gesto de una eléctrica hacia los consumidores a los que ofrece sus servicios gratuitos para asesorarles y ahorren energía. Es la actitud del poderoso que da limosna al mendigo en una operación de marketing para limpiar su imagen negativa entre la población que tiene que asumir la paradoja de que los beneficios de la eléctrica se corresponden con la ruina que provocan sus precios en las economías de los consumidores. Es de agradecer su preocupación por su bienestar. A cambio los clientes ofrecen mostrarles el procedimiento para que moderen sus beneficios que realmente es lo que encarece la factura y de poco valen los consejos para ahorrar en el consumo. El procedimiento es elemental: rebajen los precios de sus suministros a niveles razonables para conservar sus clientes y no se arruinen. Que paguen los impuestos que gravan los “windfall profits” que provoca la generosidad de la naturaleza sin que la empresa no mueva ni un dedo, pues, como dice la Biblia: - Mateo 5: 45 “…para que vuestro Padre que está en los cielos: que hace que… llueva sobre justos e injustos…”. Que se abstengan de manipular las tarifas y se les controle. Además les sugieren a los operadores que no amenacen a las autoridades con paralizar las inversiones cuando fijan Tarifas de Ultimo Recurso bonificadas para sectores empobrecidos, pues toda la energía hidráulica que suministran se genera en pantanos propiedad pública que son cedidos a las operadoras sin coste alguno. La prudencia y el servilismo de los gobiernos pueden agotarse, pues la tecnología del sector evoluciona hacia la autogeneración de energías renovables, ya que los paneles solares y la energía eólica instalados en los domicilios o en espacios propiedad pública van a poder prescindir del operador que es quien encarece artificialmente el precio de un servicio básico.
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